Una aeronave de vigilancia de la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex) detectó en el mar Mediterráneo un caso de tráfico de personas en alta mar, tras avistar a un buque de pesca sospechoso que parecía arrastrar a una embarcación más pequeña.
Los agentes de Frontex decidieron seguir observando el barco durante varias horas hasta que, de repente, varias personas comenzaron a salir desde debajo de la cubierta. En ese momento, alguien a quien la agencia europea define en su comunicado al respecto como "un traficante de personas", saltó al bote más pequeño y exhortó a los demás ocupantes a hacer lo mismo.
Un total de 81 migrantes abordaron la patera, y tal como se aprecia en las imágenes y se explica en la nota oficial, "la nave nodriza se separó y comenzó a navegar hacia el sur, mientras que el bote pequeño puso rumbo a la isla italiana de Lampedusa".
Para Frontex la escena es "un claro ejemplo" del 'modus operandi' que siguen este tipo de delincuentes a la hora de "transportar a un gran grupo de migrantes a través del mar hacia su destino, antes de descargarlos en una embarcación más pequeña".
Poco después, la agencia costera alertó a las autoridades italianas y maltesas. Desde el Centro de Coordinación Nacional de Italia se inició una operación que permitió dar alcance el buque más grande.
El barco fue incautado y siete de sus tripulantes resultaron detenidos. La mayoría de los migrantes procedían de Bangladesh, Marruecos y Libia. Según Frontex, "una gran parte de ellos no llevaban chalecos salvavidas cuando los traficantes de personas los dejaron en medio del mar". Las autoridades italianas continúan investigando el caso.