Richard Bertrand, responsable de una funeraria de Queensland (Australia), se ha declarado culpable de dejar el cadáver de un bebé que nació muerto sobre el techo de su furgoneta, circular con ese vehículo y solo darse cuenta de su "terrible error" cuando llegó a su destino, informa la cadena ABC News.
Un tribunal australiano ha establecido que ese hombre de 59 años pague el equivalente a unos 3.500 dólares estadounidenses por la "negligencia atroz" que cometió en noviembre de 2018, cuando la cápsula con cuerpo del recién nacido cayó y, posteriormente, fue descubierta por trabajadores de una autopista.
Durante su juicio, el condenado aseguró que había olvidado el cadáver en ese lugar tras intercambiar vehículos durante un trayecto de 650 kilómetros desde Rockhampton a Brisbane debido a que estaba contrariado porque su familia había sido evacuada a raíz de unos incendios forestales.
Tras un nacimiento "tan traumático", la madre y su pareja no pudieron llevarse a casa a su "precioso" hijo porque tenían que realizarle una autopsia. Aunque se mostraron "reticentes" a dejar a su bebé les aseguraron que "cuidarían de él", pero cuando se enteraron de los hechos conocieron "de qué están compuestas las pesadillas".
El juez Graham Hillan confirmó que el comportamiento de Bertrand no fue deliberado, pero estimó que su negligencia no podía quedar sin castigo porque los padres "habían sufrido mucho".


