La mancha gigante de sargazo llegó a las playas del Caribe mexicano, afectando principalmente la zona este de la isla de Cozumel, en Quintana Roo.
Son casi las 10:00 de la mañana, hora local, y los trabajadores del restaurante Chen Río, ubicado en la playa del mismo nombre, trabajan para retirar el alga marina que reposa sobra la arena. Una labor que parece nunca terminar.
"Desde finales de abril no hemos cesado de limpiar la playa. Ha afectado bastante el turismo. La gente ve las playas todas sucias y no quieren comer, buscan otros lugares para bañarse", cuenta Fernando Roberto Gutiérrez, capitán de meseros, quien ahora ayuda a sus compañeros despejar la costa ante la falta de clientes.
La situación incluso ha provocado que algunos negocios locales se hayan visto forzados a cerrar. "Las ventas han bajado como 80%. La situación económica ha pegado no sólo a los dueños, sino a todo el personal que tenemos y todos los que aquí viven en la isla", dice Carlos Humberto Che, encargado restaurante Chen Río, quien también participa en las labores de limpieza de la playa.
De acuerdo con los últimos informes de la Red de Monitoreo de Sargazo Cancún, la cara este de la isla de Cozumel es la región más afectada por la llegada de una mancha de 550 kilómetros de diámetro de algas marinas, provenientes desde Jamaica, algunas de las cuales han comenzado a invadir las costas mexicanas.
Hasta el momento, el mayor efecto de este arribo masivo de sargazo se sentirá en el sur del estado de Quintana Roo, entre Tulúm, Punta Allen, Mahahual y Xcalak, además de Cozumel.
"Si bien el sargazo ocupa un área muy extensa en el Mar Caribe, este llega poco a poco en oleadas intermitentes", señala el último informe de la red de científicos encargados de monitorear el comportamiento del alga marina. El documento detalla que la mancha no arribará a un solo punto "sino que las corrientes marinas y los vientos dominantes lo distribuirán a lo largo de casi 300 kilómetros de litoral".
En un recorrido realizado por RT, varios habitantes de la costa este de Cozumel señalan que el problema del sargazo comenzó hace tres o cuatro años. Desde entonces, la presencia del alga marina se hizo cada vez más recurrente. Aunque nada comparado a 2019, según sostienen algunos entrevistados.
"Es demasiado. Lo limpiamos y al siguiente día está al mismo nivel de sargazo. Esperemos que vaya disminuyendo esto para que los turistas se queden porque nomás se bajan, toman la foto y se regresan", señala Rey Escalante, quien trabaja en la playa San Martín de Cozumel.
Cuenta que, aunque el sargazo se ha convertido en una curiosidad para los turistas que visitan la zona, esto no ha sido suficiente para que permanezcan en las playas invadidas por el alga marina. Ante el olor fétido que desprende, muchos visitantes simplemente prefieren atestiguar el fenómeno y seguir su camino con rumbo a alguna costa más limpia donde puedan nadar.
Los flujos de sargazo son irregulares, pero es evidente que las corrientes marinas juegan un papel esencial en este fenómeno que asusta a empresarios hoteleros y despierta opiniones controversiales entre los científicos, quienes tienen muchas hipótesis y pocas certezas sobre las causas que están provocando la proliferación del alga.
Apenas la semana pasada, durante una conferencia magistral celebrada en el hotel Moon Palace, el oceanógrafo Donald R. Johnson y el biólogo James S. Franks, quienes llevan años estudiando el fenómeno del sargazo, reconocieron que posiblemente la dispersión de esta alga marina provenga de algún lugar del océano Atlántico, cercano al Ecuador. Sin embargo, todavía se desconoce porqué ha proliferado en varias regiones del mar Caribe en los últimos años.
Pero mientras la cara este de Cozumel presenta la llegada masiva de sargazo, la costa oeste muestra sus aguas libres de algas, razón por la que miles de turistas siguen visitando la isla, famosa por ser uno de los mejores lugares del planeta para observar arrecifes de coral. La diferencia entre ambos lados del territorio insular está claramente vinculada a las corrientes marítimas.
Ese panorama, además de representar pérdidas millonarias para la industria turística de Quintana Roo, constituye un peligro para algunas especies como la tortuga marina, cuyos patrones de desove (puesta de huevos) se han visto alterados por la presencia del sargazo, según algunos pobladores locales.
"El año que pasó, entre mayo junio, las tortugas estaban saliendo a desovar. Pero ahora han tardado más tiempo", asegura Escalante, quien trabaja en un punto clave de desove de tortugas y atribuye al sargazo esta anomalía, debido a que para muchos de estos reptiles resulta más difícil llegar a la costa.
"Hay unas playas que están imposibles de nadar", dice Andrés Olvera, quien imparte clases de 'kyte surfing' y ha participado en brigadas de limpieza de playas. "A veces son más de 100 personas con maquinarias para limpiar el sargazo. Pero a los pocos días llega el doble o el triple", asegura.
Los habitantes de Cozumel reiteran su molestia porque consideran que el Gobierno del presidente, Andrés Manuel López Obrador, minimizó el problema del sargazo, y coinciden en que el fenómeno es de tal magnitud que las acciones oficiales difícilmente podrán revertir la situación.
"No se puede pelear con la naturaleza", dice José, quien trabaja como taxista en la isla de Cozumel a bordo de la unidad 445, mientras recorre la zona infestada por el alga. Él considera que buena parte de la crisis del sargazo podría atribuirse al calentamiento global, provocado por el ser humano. Pero aún así, cualquier intento de limpiar las playas luce insuficiente ante la magnitud de la epidemia
Mientras el sargazo sigue su curso y arropa las costas mexicanas, los pobladores afectados por la invasión limpian frenéticamente para impedir la huida de turistas, que representan el principal sustento de Cozumel y el estado de Quintana Roo, incluido el puerto de Cancún. Un escenario más en la eterna lucha por la supervivencia.
Manuel Hernández Borbolla