En medio de sus ya históricas pero crecientes tensiones con Pakistán, la India realizó este 12 de junio, por medio de su unidad de Investigación y Desarrollo de Defensa, el "lanzamiento inaugural" de un nuevo vehículo demostrador de tecnología hipersónica (HSTDV, por sus siglas en inglés), que "tendrá aplicaciones futuristas para misiles y sistemas aéreos de próxima generación". Según The Economic Times, la prueba de este sistema, que utiliza la plataforma de misiles Agni-1, no culminó con éxito, ya que el módulo hipersónico no pudo alcanzar la altitud prevista de 30 kilómetros, en la que debía separarse del vehículo de lanzamiento y seguir en vuelo autónomo.
No obstante, la revista estadounidense The National Interest opina que incluso esta prueba fallida del HSTDV representa "un paso más hacia el comienzo de una guerra nuclear con Pakistán". A nivel estratégico, señala NI, las armas hipersónicas "son realmente aterradoras".
"Un misil hipersónico puede hacer llegar una ojiva nuclear más rápido que un misil balístico. O un misil hipersónico armado con una ojiva convencional podría ser capaz de destruir los misiles nucleares de su oponente en un primer ataque, sin tener que recurrir a armas nucleares", indican desde NI.
Con ello, el autor hace hincapié en que "a diferencia de EE.UU., Rusia y China, cuyos territorios están separados por miles de millas de océano, la distancia entre Nueva Delhi e Islamabad es de un poco más de 400 millas [650 kilómetros]". Por ello, un misil con velocidad de Mach 5 o 10, lanzado desde India o Pakistán, "podría alcanzar su objetivo en minutos", señala, al recordar que el misil hipersónico ruso Avangard goza de una velocidad de más de Mach 20, mientras que EE.UU. está trabajando en un arma que alcance la misma rapidez.
Al final del artículo, el autor observa que el solo hecho de saber que la India tiene armas hipersónicas podría hacer que Pakistán se sienta atrapado en un dilema de 'usar o perder' sus propias armas nucleares.
La tensión entre India y Pakistán, como potencias nucleares, escaló gravemente después de que el pasado 26 de febrero la Fuerza Aérea de India realizara su primer ataque transfronterizo en cinco décadas contra "campamentos terroristas" situados en suelo paquistaní. Por su parte, Islamabad llevó a cabo al día siguiente un ataque aéreo en la disputada región de Cachemira, un territorio que se encuentra dividido en tres áreas administradas por China, Pakistán y la India.