Un "error operativo" de la empresa eléctrica Transener causó el apagón en Argentina y Uruguay

El domingo 16 de junio, un apagón masivo registrado a las 7:07 de la mañana dejó sin suministro eléctrico a casi toda Argentina, Uruguay, y parte de Brasil y Paraguay.  

A 17 días del colapso, el secretario de Energía argentino, Gustavo Lopetegui, brindó este miércoles en el Senado un informe preliminar sobre las causas que provocaron el incidente: en primer término, lo vinculó a un cortocircuito en las líneas de transmisión que conectan la red con los complejos hidroeléctricos Yacyretá —que va desde la provincia de Corrientes hasta Paraguay— y Salto Grande —que une a Entre Ríos con Uruguay—. Más precisamente en la línea que sigue a Colonia Elía (Entre Ríos) y Belgrano (Buenos Aires). Sin embargo, más allá de una posible falla técnica, los sistemas computarizados de desconexión automática de generación (DAG), que deberían haber encapsulado el corte en la zona del Litoral argentino, no reaccionaron como debían.

Toda la energía que generan las usinas de producción en el país, calculada en unos 500 KW, más unos 900 watts que son importados desde Brasil, son recolectados y distribuidos a todo el territorio, desde el norte hasta la provincia patagónica de Santa Cruz, por el Sistema Argentino de Interconexión (SADI), un mecanismo de red de alta tensión, que funciona bajo gestión de la empresa Transener. La única provincia que está marginada de ese sistema es Tierra del Fuego, la más austral del país, junto con las Islas Malvinas, en manos británicas. Transener está controlada en un 50 % por el Estado, mientras que la otra mitad es privada y pertenece a la empresa Pampa Energía, de Marcelo Mindlin, amigo personal del presidente Mauricio Macri.  

En un comunicado publicado minutos después de las declaraciones del ministro de Energía, Transener negó responsabilidades: "En el evento todas las instalaciones del sistema de transporte estuvieron disponibles de manera inmediata y respondieron de manera adecuada a los requerimientos de maniobras".

Sin embargo, existen otras empresas de generación regionales que también alimentan a la red de Transener. Lopetegui dijo que cinco de ellas son "responsables secundarios". Si bien no las mencionó, en dos de esas cinco compañías la familia del presidente Macri tiene participación accionaria, a través de la firma Sideco, del grupo SOCMA: Yacylec (5,5 %) y Litsa (40,5 %).

El funcionario refirió también al traslado de una torre de transmisión, la 412, sobre el río Paraná Guazú, en la provincia de Entre Ríos, que estaba siendo afectada por la corriente de agua. Ese trabajo, a cargo de Transener, implicó que una de las líneas, la que une Colonia Elía con Campana (Buenos Aires), estuviera fuera de operación. No obstante, ese problema no alcanza a explicar la "concurrencia concatenada de fallas" que describió Lopetegui.

Nicolás Gandini, periodista especializado en Energía y Petróleo, analizó el incidente en diálogo con RT: "El peor escenario que debió haber ocurrido era que se quedara sin luz la Mesopotamia y una parte del Noreste del país, pero de ninguna manera debió haber sucedido un 'blackout' total de todo el sistema. No debería ser posible si hubieran actuado bien el sistema de protección y si no había una falla de materiales".

¿Puede fallar?

"Por seguridad, cuando la frecuencia sincrónica de todo el sistema SADI cae por debajo de los 48 ciclos o hertz, todas las generadoras se apagan automáticamente y se deja de generar energía. Esto ocurre para evitar que se 'quemen' plantas transformadoras o generadoras, es para evitar un daño peor", añade Gandini.    

A escala masiva, esto es como cuando los usuarios, al advertir una baja tensión, desenchufan todos sus electrodomésticos o dan de baja la energía del hogar, con el propósito de no sufrir daños en los aparatos.   

La pregunta es: ¿por qué el sistema automatizado no reaccionó para encapsular el problema en la región del Litoral, que fue lo que produjo la falla general y afectó a 50 millones de hogares? En el momento del fallo, Argentina estaba demandando unos 12.500 MW, que no se considera un consumo alto. Al contrario, representa la mitad del récord histórico, que está en torno a los 26.500 MW.

"Como se salieron 3.700 MW de generación, lo que se hace en ese momento para evitar una falla de todo el sistema, y acá comienza lo complejo, es activar distintos sistemas de protección para que no se caiga la frecuencia. Es decir, se debe cortar demanda y generación por algo más o menos similar a esa pérdida. Eso es automático y está computarizado. No tiene ningún tipo de intervención humana porque esto se da en microsegundos", explica el especialista.

Según Gandini, pudo haber ocurrido también que la empresa que administra el mercado eléctrico mayorista de electricidad, Cammesa, haya hecho una evaluación de riesgos algo laxa, ya que, como responsable de la configuración de todo el despacho, debió haber informado a Transener si era necesario brindar mayor energía para la demanda prevista. 

Desinversión energética, un posible detonante

Pero más allá de las posibles causas técnicas, hay quienes prefieren explorar la posibilidad de que las políticas de ajuste que aplica el Gobierno para reducir el déficit fiscal, al cuidar tanto la racionabilidad económica de los recursos del Estado, no haya relajado los criterios de confiabilidad del sistema, parcialmente en manos privadas. Para el ingeniero Andrés Repar, ex vicepresidente del Ente Nacional Regulador del Gas (ENARGAS) y actual coordinador del Instituto de Energía Scalabrini Ortiz, en la actual gestión de Gobierno se dio "un corrimiento de la inversión"que necesitaba el sector, y eso perjudica su funcionamiento. 

Por ejemplo, la torre 412 "debió haberse reubicado hace dos años y todavía no se terminó", opina Repar. Y agrega: "Los funcionarios que vienen de empresas privadas a administrar servicios públicos muchas veces se equivocan. La gestión es distinta porque muchas veces son cosas que no pueden esperar.Son inversiones postergadas concretas, como las actualizaciones del sistema computacional, que ya tienen sus años y necesitan ser renovados. Hoy en día el sistema argentino está frágil por estas situaciones de corrimiento de inversiones". 

En buena parte de ello coincide Gandini: "Bajar los subsidios a la energía no está mal, pero no sería bueno que eso se haya malinterpretado y hayan subestimado ciertos riesgos. No se puede ahorrar en todo", dice.

En efecto, el fin de semana posterior al corte, un ex trabajador del Instituto de Tecnología Industrial (INTI) —un organismo estatal donde el Gobierno aplicó un fuerte recorte y despidió a buena parte de su personal— aseguró que hasta el día en que fue echado estaba trabajando en un prototipo para anticipar fallas en redes eléctricas de alta y media tensión. Según reveló el ingeniero Luciano Domínguez Pose al diario Tiempo Argentino, ese proyecto estaba casi listo, pero la gestión de Macri le quitó financiamiento y lo descontinuó. El profesional afirmó que el desarrollo de esa nueva tecnología hubiera prevenido el corte masivo. 

Al comparecer ante la comisión de Energía, Minería y Combustible del Senado, Lopetegui rechazó estos argumentos y destacó que la inversión estatal triplicó el volumen promedio de los 14 años previos a su gestión: "Estamos mucho mejor que hace 24 años", afirmó. 

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¿Habrá sanciones?

En el marco regulatorio existe un protocolo de análisis de falla y prevé sanciones para el caso de que haya responsables. En este caso, le tocaría a Transener, y en segundo término a algunas de las operadoras. Sin embargo, Lopetegui aseguró que las multas las debe aplicar el Ente Nacional Regulador (ENRE) y no la Secretaría de Energía. 

Teniendo en cuenta ello, los senadores que participaron de la presentación del informe reclamaron la presencia de funcionarios del ENRE en una próxima reunión.

Por lo pronto, Lopetegui manifestó que el ministerio que dirige ha tomado "las medidas preventivas para que esto [el apagón masivo] no vuelva a ocurrir". 

Emmanuel Gentile