Una revisión comprensiva de un fragmento de cráneo hallado en una cueva griega en la década 1970 ha sugerido que los humanos habitaban Eurasia hace unos 210.000 años.
El informe publicado en Nature describe dos fragmentos de cráneo fosilizados descubiertos en la cueva Apidima, en el sur de Grecia en 1978. Un grupo internacional de paleontólogos los vinculó a dos individuos —un 'Homo sapiens' y un 'Neandertal'— que datan de hace 210.000 y 170.000 años, respectivamente.
El primero es la prueba más antigua de la presencia de humanos modernos fuera de África.
Ninguna otra prueba arqueológica o paleontológica fue descubierta en la cueva y ninguno de los fragmentos se encontraba en su capa original.
De los dos fragmentos, el del humano moderno fue ignorado hasta hace poco, al ser el del 'Neandertal' más completo. Sin embargo, es el primer fragmento que marca unos 30.000 años más temprana la presencia de los humanos fuera de África y unos 160.000 años su presencia en Europa.
"Esto sugiere que grupos de los tempranos 'Homo sapiens' avanzaron más lejos de lo pensado, ocupando en ocasiones territorios que luego pertenecerían a los 'Neandertales'. Hallazgos como este son muy importantes para informarnos sobre la evolución de nuestra especie", comentó Shara Bailey, antropóloga de la Universidad de Nueva York.
El descubrimiento socava la teoría tradicional sobre los 'Neandertales' y la evolución de los humanos modernos, según la cual los antepasados de los primeros aparecieron en Europa hace 500.000 años y evolucionaron de manera aislada de otros homínidos. Cuando los 'Homo sapiens' salieron de África, sus avances a Europa podrían haber sido impedidos por los 'Neandertales'.
Esto explica por qué optaron por una ruta más sureña hacia Asia, y la ausencia de fósiles en Europa hasta hace unos 40.000 años, antes de que se hiciera esta última identificación.