La luchadora social Francisca Castillo falleció este martes a los 92 años en Barbastro, en la provincia española de Huesca.
Francisca Castillo fue la última habitante en abandonar Jánovas, un pueblo de Huesca que fue expropiado para construir un pantano. Tanto ella como su esposo, Emilio Garcés, vivieron durante 50 años con la amenaza de que la empresa Iberdrola construiría un embalse como parte del aprovechamiento hidroeléctrico del río Ara.
Desalojo
En este pueblo ubicado en el noreste español, casi todos los 400 habitantes que se estimaban a mediados del siglo pasado fueron desalojados, algunos de ellos mediante un arreglo económico y otros al ver sus casas dinamitadas.
La familia Garcés Castillo fue la única que no abandonó el pueblo durante más de 20 años, hasta que una noche de invierno de 1984 llegó la Guardia Civil española y los desalojó.
En el año 2000, tras haber expulsado a todo el pueblo para un proyecto que nunca se concretó, la Justicia española revirtió las tierras a los antiguos habitantes, aunque ha sido un proceso lento que el esposo de Francisca, Emilio, no pudo atestiguar, pues falleció en 2011.
Reconstrucción
Francisca sí pudo ver la reconstrucción de su casa y cómo el pueblo volvía a la vida poco a poco, con la instalación de electricidad.
Su hijo, Jesús, declaró al periódico local El Heraldo que su madre Francisca "estaba muy enfadada por como se hicieron las cosas", ya que no les han pedido perdón a los habitantes de Jánovas por expulsarlos.
En una entrevista en el programa 'Salvados', Francisca dijo: "¿Qué quiere decir la justicia? Porque yo no la he visto por ningún lado".
La Coordinadora de afectados por grandes embalses y trasvases (Coagret) lamentó el fallecimiento de la última habitante de Jánovas.
"Lamentamos la perdida de Francisca Castillo, resistente frente a la indignidad con que se trató a los vecinos de Jánovas", tuiteó Coagret.
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