En 2005 el sur de EE.UU. fue devastado por el potente huracán Katrina, que dejó pérdidas económicas por 125.000 millones de dólares y se cobró la vida, según diferentes estimaciones, de entre 1.245 y 1.836 personas.
Ahora Luisiana se enfrenta a una nueva amenaza meteorológica: la tormenta tropical Barry que, según pronósticos, tocará tierra este sábado como un huracán, y puede inundar partes del estado este fin de semana. De este modo, podría poner a prueba las defensas contra las marejadas en Nueva Orleans, instaladas después del huracán Katrina.
Ante el avance de la tormenta tropical ya se ha ordenado la evacuación de casi 10.000 personas. El presidente Trump ha declarado una emergencia federal en el estado. Asimismo, se han desplegado tropas de la Guardia Nacional para ayudar a los que se encuentran atrapados por las inundaciones.
Todos los vuelos desde y hacia Nueva Orleans han sido cancelados este sábado debido a la tormenta.
El Misisipi, crecido por las lluvias
La mayor amenaza de Barry serán las lluvias torrenciales, que harán crecer la cuenca del río Misisipi: se espera que lo haga por más de 5 metros, solo 30 centímetros por debajo de la cima de los diques que protegen a Nueva Orleans de las marejadas ciclónicas, reseña CNBC.
No obstante, expertos aseguran que el sistema de defensa de Luisiana contra las inundaciones ha mejorado considerablemente desde el huracán Katrina en 2005, que inundó gran parte de Nueva Orleans. Sin embargo, algunos funcionarios se muestran preocupados de que los diques no aguanten el agua de lluvia adicional traída por Barry.
Durante el huracán Katrina hubo más de 50 fallas en el sistemas de diques y muros contra las inundaciones. Las investigaciones en los años siguientes revelaron varios factores que llevaron a esa situación, incluido un mantenimiento inadecuado, fallas de diseño y casos en que los diques se construyeron en parte con arena, en lugar de arcilla más gruesa, lo que proporciona una mayor protección.