Un fotógrafo y cineasta sudafricano logró tomar en Botsuana una imagen impactante que muestra a un elefante que fue brutalmente matado y dejado con la trompa y los colmillos cortados.
Según informaron esta semana varios medios británicos, Justin Sullivan, de 28 años, estaba trabajando en un documental en la región cuando oyó a los residentes locales hablar sobre un elefante cazado furtivamente y pidió que le mostraran dónde ocurrió. La imagen, captada el año pasado con un dron, denominada 'Disconnection' ('Desconexión', en inglés), y la perspectiva de la foto, "da el contexto de la situación que jamás serías capaz de ver desde el suelo", indicó el fotógrafo, oriundo de la Ciudad del Cabo.
"La foto representa simplemente lo aislados y desconectados que estamos, no solo del elefante en aquel momento, sino lo desconectados que estamos de la situación", reiteró.
Advertencia: las siguientes imágenes pueden herir la sensibilidad de algunas personas
La instantánea se difundió en las redes sociales después de que en mayo el Ministerio de Medio Ambiente, Conservación de Recursos Naturales y Turismo del país anunciara el levantamiento de la prohibición de la caza de elefantes, en vigor desde el 2014, al estimar que los paquidermos se han multiplicado demasiado.
¿Cambios?
"La gente obviamente reaccionó con sentimientos mezclados de ira y tristeza, especialmente con el reciente levantamiento de la prohibición de la caza en Botsuana, pero esta foto ha impulsado algunos diálogos constructivos sobre cómo podemos promover la conversación más sostenible de los elefantes y resolver nuestra crisis ecológica actual", precisó Sullivan.
Su trabajo atrajo la atención de la sociedad y recibió una nominación en el Concurso Internacional de Fotoperiodismo Andréi Stenin, cuyos resultados serán anunciados en septiembre.
Nivel preocupante
Según informó anteriormente la organización benéfica Elephants Without Borders, el alcance de la caza furtiva de estos animales creció en los últimos años y el número de cadáveres "frescos y recientes aumentó un 593% entre 2014 y 2018".
Por su parte, la ONG African Wildlife Foundation reiteró que "cazadores furtivos matan a 35.000 elefantes cada año por sus colmillos, que luego son vendidos y [se utilizan para] hacer joyería, adornos, partes de instrumentos musicales, artículos religiosos y otros objetos de colección".