La guerra comercial desploma casi el 90% las inversiones directas chinas en EE.UU. desde 2016
Las inversiones extranjeras directas de China en Estados Unidos cayeron más del 80 % en 2018 en comparación con el año anterior, mientras que continúa la guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo.
Según datos de la empresa de investigación económica Rhodium Group, desde el máximo de 46.500 millones de dólares en 2016 las inversiones directas de China en EE.UU. se desplomaron en el 88% a 5.400 millones el año pasado.
Mientras tanto, las inversiones extranjeras directas de EE.UU. en China pasaron de los 14.000 millones de dólares en 2017 a 13.000 millones en 2018.
"Que las inversiones extranjeras directas hayan caído de manera tan drástica simboliza lo duras que se han vuelto las relaciones entre EE.UU. y China", afirmó Eswar Prasad, exjefe de la división china del Fondo Monetario Internacional, citado por The New York Times. "EE.UU. no confía en China, China no confía en EE.UU.", aseveró.
Según una investigación reciente de la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios de EE.UU., las adquisiciones de viviendas por inversores chinos se desplomaron un 56 % hasta 13.000 millones de dólares entre abril de 2018 y marzo de 2019.
"La magnitud del descenso es lo suficientemente impactante y supone una merma en la confianza en la propiedad estadounidense", afirmó Lawrence Yun, economista principal de la asociación. Sin embargo, China ha seguido siendo el mayor cliente de inmuebles estadounidenses en el mencionado período.
Los dos países libran una guerra comercial desde el año pasado, cuando Washington impuso aranceles del 25 % a productos tecnológicos chinos por valor de 50.000 millones de dólares al año, provocando una repuesta semejante de Pekín.
Desde entonces los países han intercambiado varios paquetes impositivos. En junio pasado el Gobierno estadounidense aumentó los aranceles hasta el 25 % para bienes chinos por valor de 250.000 millones de dólares. Pekín reaccionó incrementando hasta el mismo nivel las tarifas sobre 5.000 productos estadounidenses por valor de 60.000 millones de dólares.
Durante la cumbre del G20 el mes pasado ambas naciones acordaron reanudar las negociaciones económicas y comerciales, así como posponer la imposición de nuevos aranceles.