Pekín ha acusado a Washington de provocar una competencia entre las principales potencias mundiales y socavar la estabilidad global. En su libro blanco sobre la defensa, emitido por primera vez desde 2015 y titulado 'La defensa nacional de China en la nueva era', el Gobierno chino constata que "el sistema de seguridad y el orden internacional se ven socavados por el creciente hegemonismo, la política del poder, el unilateralismo y constantes conflictos y guerras regionales".
El documento también reafirma que China "persigue una estrategia nuclear de defensa propia" mediante la disuasión de otros países del uso o amenazas de uso de armas nucleares en su contra, recoge Xinhua.
En ese sentido, Pekín aboga por una prohibición completa del arsenal nuclear, así como por su destrucción, y subraya que "no se involucra en ninguna carrera armamentista nuclear con ningún otro país", manteniendo sus capacidades nucleares "al nivel mínimo requerido para la seguridad nacional".
"China nunca buscará la hegemonía"
El libro blanco también estipula que China "nunca buscará la hegemonía, expansión o esferas de influencia", recordando que desde su fundación hace 70 años no ha librado ninguna guerra ni conflictos armados. No obstante, seguirá fortaleciendo sus fuerzas militares para salvaguardar su soberanía, seguridad e intereses en materia de desarrollo, sostiene.
En lo que concierne a Taiwán, Pekín mantiene su postura de reservarse el derecho del uso de la fuerza y emprender todas las acciones necesarias contra la interferencia de fuerzas externas y separatistas.
Entre otras cosas, el país asiático se opone al doble rasero y se compromete a adherirse a los principios de la Carta de las Naciones Unidas, el control internacional de armas, el desarme y la no proliferación para promover la paz y seguridad global.