Gracias a los esfuerzos de reforestación, una nueva mancha verde ha brotado en los restos del que en su momento era el segundo bosque tropical más importante de Brasil, informa la NASA. Hace varios cientos de años, la mata atlántica, de gran riqueza biológica, se extendía a lo largo de la costa brasileña, pero en la actualidad solo quedan astillas de ese bosque tropical.
Con aproximadamente tres cuartas partes de la población brasileña habitando a lo largo de la costa atlántica, un mosaico fragmentado de bosques intactos se alza junto a tierras de cultivo, pastizales, ciudades y carreteras. Las estimaciones varían, pero se estima que apenas queda entre un 10 y un 15 % de la mata atlántica original.
A finales de la década de 1990, el reconocido fotógrafo brasileño Sebastião Salgado y su esposa Lélia Deluiz Wanick establecieron una fundación medioambiental denominada Instituto Terra. La organización empezó a reforestar un rancho ganadero propiedad de la familia de Salgado cerca de la ciudad de Aimorés, estado de Minas Gerais, con el fin de devolverle su estado natural de bosque tropical. Veinte años después, Instituto Terra ha plantado más de 4 millones de plántulas de especies nativas en las 709 hectáreas de la que en antaño era la hacienda Bulcão.
Las consecuencias de la reforestación
Las laderas erosionadas y desnudas de esas tierras ahora han sido recubiertas por vegetación, y muchas de las especies de plantas y animales que habían desaparecido del lugar han regresado. Asimismo, varias corrientes de agua que se habían secado también han comenzado a fluir nuevamente.
La evidencia del esfuerzo de reforestación en esa propiedad, cuya gran parte ha sido declarada Reserva Privada del Patrimonio Natural, es visible desde el espacio. La NASA ha publicado dos imágenes de esa zona tomadas por sus satélites en junio del 2000 y julio de este año, en las que se puede comparar el grado de deforestación.
El modesto tamaño del área reforestado por el Instituto Terra resalta la cantidad de árboles que se requieren para replantar bosques a gran escala. Sembrar 4 millones de plántulas parece mucho, pero eso apenas alcanza para volver a dar vida a algunas laderas y valles, señala la agencia espacial estadounidense.
"Estas imágenes satelitales son un recordatorio sobre el potencial para futuros esfuerzos de reforestación en este paisaje", sostuvo Douglas Morton, jefe del Laboratorio de Ciencias Biosféricas en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA. "Cumplir los ambiciosos objetivos de Brasil de restaurar 12 millones de hectáreas de bosque para 2020 significa plantar o regenerar miles de millones de árboles", agregó.
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