Diabéticos denuncian el insostenible coste de la insulina en EE.UU.
El desmesurado aumento de los precios de los fármacos contra la diabetes en EE.UU. ha provocado que uno de cada cuatro pacientes del país racione sus dosis, una práctica que puede ser potencialmente mortal.
1,2 millones de estadounidenses padecen de diabetes tipo 1 y dependen directamente de la insulina para vivir. Muchas de estas personas no entienden cómo el Gobierno permite que las farmacéuticas incrementen su precio sin control.
"Trabajo con niños con dificultades gran parte del tiempo que estoy en Salud del comportamiento y creo que es duro para mí", confiesa una de ellas, Liz Johnson, en declaraciones a RT. "Algunos días no me siento bien, incluso cuando tengo niveles altos, me alcanza justo para completar el día", añade.
Para apoyarse, pacientes de una misma zona quedan con otros al menos una vez al mes. Comparten experiencias y trucos y en los últimos tiempos también se han pasado al activismo. El motivo son sus crecientes dificultades para comprar insulina.
"No deberías tener que averiguar cómo pagar algo que tienes que usar para sobrevivir", defiende otra diabética, Kylene Redmond. "No es una vitamina, no es que decidas que quieres tomarla. Esto es algo con lo que tienes que vivir, lo necesitas para sobrevivir y debería ser gratuito".
Aumento de precios desmesurado
Según una encuesta de la Asociación Estadounidense de Diabetes realizada en mayo del 2018, el 39 % de los pacientes que usan insulina sintieron un aumento de su coste en el último año, lo que llevó a casi la quinta parte de ellos a cambiar de marca. Un 27 % aseguró que el precio del medicamento les obligó a racionar u omitir la dosis.
"Tener el tipo 1 en EE.UU. frente a otros países es muy diferente", afirma la paciente Jessica Pereira. "Si vas a Europa, la insulina u otros medicamentos para la diabetes que son necesarios para vivir, con el seguro que tienen allí o la cobertura global, son gratuitos si tienes una receta. No como en Estados Unidos, donde aunque el médico me lo recete, todavía tengo que pagar por mi insulina".
Según su estimación, sin cobertura sanitaria, el gasto anual para adquirir este fármaco oscila entre 1.000 y 2.000 dólares, dependiendo de cuánto necesites. Jessica prácticamente nació con la enfermedad. Es de padres portugueses y no entiende por qué la situación es tan crítica en el país norteamericano.
El Congreso investiga a las farmacéuticas
Mientras, el Congreso de EE.UU. está investigando a las tres compañías farmacéuticas que venden el producto en el país. Una de ellas, Eli Lilly, incrementó el precio de su medicamento Humalog en un 585 % entre los años 2001 y 2015.
Sin embargo, un representante de esta compañía rechazó ante los congresistas bajar los precios. "No sé cómo son capaces de dormir por la noche", le respondió uno de los legisladores.
"La industria puede hacer medicamentos más accesibles para los consumidores y los gobiernos mediante procesos de producción más asequibles", sostiene Andrew Rintoul, portavoz de la Organización Mundial de la Salud. Aumentar los volúmenes de producción, reducir el precio y asegurarse de que más personas puedan acceder a sus medicamentos son alguna de las herramientas que sugiere a los fabricantes.