Este viernes pierde su vigencia el Tratado sobre Misiles de Alcance Medio y Corto (INF, por sus siglas en inglés), según comunica el Ministerio de Exteriores de Rusia.
"El 2 de agosto de 2019, por iniciativa de la parte estadounidense, el tratado entre la Unión Soviética y EE.UU. sobre la eliminación de sus misiles de mediano y corto alcance, firmado en Washington el 8 de diciembre de 1987, ha sido rescindido", reza el documento oficial emitido por la Cancillería.
Anteriormente, el viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov, declaró que la salida de EE.UU. del Tratado INF, así como su ruptura de toda una serie de acuerdos claves de control de armas, afectarán en última instancia de forma negativa tanto a los propios intereses de Washington como a la seguridad estratégica global.
Riabkov sostuvo que la salida de EE.UU. del Tratado INF representa "un reflejo de la línea de Washington" de destrucción premeditada de diversos acuerdos importantes en el ámbito del control de armas con el fin de obtener "una ventaja decisiva en esta área".
El diplomático ruso hizo hincapié en que Washington con esta actitud no tiene "ninguna posibilidad de lograr tal superioridad" y solo conseguirá que aumente "el potencial de confrontación y las perspectivas de desatar una nueva carrera armamentista".
¿Qué es el INF?
El Tratado INF fue firmado en 1987 entre la URSS y Estados Unidos con el objetivo de eliminar los misiles balísticos y de crucero con base en tierra con un alcance de entre 500 y 5.500 kilómetros, tanto nucleares como convencionales.
Este histórico acuerdo marcó la primera vez que las superpotencias acordaron eliminar una categoría completa de armas nucleares e introdujeron el mecanismo de inspecciones 'in situ' para su verificación. El acuerdo acarreó una distensión en el ámbito político europeo en medio de la Guerra Fría.
Acusaciones mutuas
El asesor de Seguridad Nacional estadounidense, John Bolton, confirmó este miércoles que EE.UU. culminará este 2 de agosto su salida del Tratado INF.
Como razones para la retirada de este acuerdo bilateral Bolton señaló la supuesta violación del tratado por parte de Rusia. A pesar de que Moscú cumplió con el acuerdo, Washington sigue afirmando ―citando datos clasificados de su Inteligencia―, que Rusia ha estado desarrollando en secreto misiles de alcance intermedio, en concreto, aquellos que supuestamente pueden ser lanzados desde sistemas de misiles tácticos Iskander-M, desplegados a lo largo de la frontera occidental del país.
Los misiles rusos en cuestión corresponden a los Novator 9M729, que según el país norteamericano tendrían un alcance prohibido de al menos 3.000 kilómetros. Sin embargo, el Ministerio de Defensa de Rusia afirma que el rango de esos proyectiles no sobrepasa los 480 kilómetros y es incluso 10 kilómetros menor que el de su predecesor, el 9M728.
Con respecto a las acusaciones de Washington de violar el Tratado INF, algo que Moscú siempre ha negado, la parte rusa indica que EE.UU. no puede presentar ninguna prueba de estas supuestas irregularidades. Asimsmo, Moscú insiste en que tiene más reclamaciones con respecto al incumplimiento del Tratado INF por parte de EE.UU., y todas están justificadas.
Entre las medidas que apuntan a la violación del Tratado INF por parte de Washington, Rusia ha citado el uso de misiles señuelo, de drones pesados de asalto y la creación de los sistemas de defensa antimisiles Aegis Ashore en Europa y en otras partes del mundo, adaptados para lanzar misiles de medio alcance Tomahawk.
También señala que misiles balísticos como el Hera violan el tratado.
La Casa Blanca suspendió el Tratado INF a principios de febrero y prometió abandonarlo por completo en 180 días si Rusia no cedía a sus demandas. Antes de anunciar esta retirada del acuerdo, la Administración Trump había solicitado el desarrollo de un misil de mediano alcance "compatible con el INF".
El Gobierno de Trump también solicitó una ojiva nuclear de "bajo rendimiento" para su flota de submarinos, que fue desarrollada rápidamente y entró en producción en enero de este año bajo el índice W76-2. Se trata de un arma nuclear cuya potencia es de casi un tercio de la bomba que destruyó Hiroshima.
Sin embargo, desde la suspensión de Tratado INF Washington ha seguido una estrategia aún más agresiva. En mayo, el Pentágono anunció dos proyectos de misiles que, aunque no son nucleares, 'encajan' en los límites establecidos por el tratado. El primero es un misil de crucero capaz de atacar objetivos a 1.000 km de distancia, y que podría ser probado en agosto, después de la salida oficial del Tratado INF. Las pruebas del segundo proyectil, un misil balístico con un rango de entre 3.000 y 4.000 km, podrían ser en noviembre.
En respuesta a las acciones de EE.UU., el presidente Vladímir Putin avisó que si Washington decide abandonar el tratado, "la respuesta de Rusia sería equivalente". Moscú esperó varios meses desde que EE.UU. suspendiera el Tratado INF hasta que en junio Putin ratificara la suspensión de la participación de Rusia en dicho tratado. El texto de este decreto desligó oficialmente al Estado ruso de sus obligaciones en el tratado, pero estipula que el mandatario ruso podrá tomar una decisión sobre una reanudación del acuerdo.
Moscú ha tenido las puertas abiertas para el diálogo hasta el último momento. No obstante, EE.UU. no aceptó las propuestas de la parte rusa y prosiguió con el proceso de la retirada del Tratado INF.