Muere un estadounidense a causa de un raro virus que ataca el cerebro
Un vecino de la localidad de Gardiner (Nueva York, EE.UU.), falleció esta semana a causa del virus Powassan (POW), transmitido por una especie de garrapata considerada uno de los insectos más peligrosos del país norteamericano, informa el Departamento de Salud del condado de Ulster.
La especie responsable de contagiar esa rara afección es la garrapata de los ciervos o garrapata de patas negras (Ixodes scapularis), que a su vez la adquiere de roedores infectados. Habita principalmente en el este de Estados Unidos y también puede encontrarse en el sudeste de Canadá y el noreste de México.
El virus Powassan pertenece al género Flavivirus, el causante de otras enfermedades transmitidas por insectos, tales como la fiebre amarilla, el dengue o la fiebre de Zika. Los enfermos pueden sufrir de fiebres, dolor de cabeza, náuseas, debilidad, confusión, pérdida de coordinación, dificultades de habla y convulsiones, aunque muchas veces no presentan ningún síntoma.
En ocasiones, puede resultar en una severa encefalitis capaz de dejar el cerebro hinchado y con una tasa de mortalidad en torno al 10 %, dejando además secuelas a largo plazo —tales como jaquecas recurrentes, pérdida de masa muscular y problemas de memoria—en cerca de la mitad de los supervivientes a la forma grave de la infección, detalla el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC).
Actualmente los casos mortales de POW son sumamente infrecuentes, siendo el de este paciente fallecido —cuyos problemas de salud previos a la infección contribuyeron al desenlace fatal— el primero registrado en el estado de Nueva York en lo que va del año. En todo el 2018, se reportaron en EE.UU. un total de 21 casos de Powassan neuroinvasivo.
Sin embargo, el número de infecciones causadas por picadura de garrapata de los ciervos, con la enfermedad de Lyme a la cabeza de las estadísticas, crece de manera sostenida, en parte a causa del cambio climático. Estas cifras se triplicaron entre 2004 y 2016, mientras que solo en 2017, el CDC ha registrado 59.349 casos, estableciendo así un nuevo récord.
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