Integrantes de la Universidad Tecnológica de Swinburne (Melbourne, Australia) han demostrado cómo las resacas fruto de la ingesta excesiva de alcohol reducen la función cerebral y la memoria.
Esos especialistas entrevistaron a diversas personas y determinaron sus niveles de alcohol en sangre con un alcoholímetro después de una noche de fiesta.
A la mañana siguiente, más de 100 sujetos completaron una encuesta en línea y una prueba cognitiva para medir la memoria y la función ejecutiva, que engloba diversas habilidades cognitivas dirigidas a lograr una meta.
Una de las tareas que debían realizar los participantes era seleccionar números y letras alternados de manera ascendente: 1-A-2-B-3-C...
Quienes presentaron mayor concentración de alcohol obtuvieron peores resultados que los participantes más sobrios. Así, estos científicos demostraron que la gravedad de la resaca está directamente relacionada con la capacidad de aprendizaje y la habilidad para recordar información.
Sarah Benson, una de las científicas que elaboró este estudio, subraya que cuanto más alcohol se consume peor es la resaca y el deterioro del cerebro y este deterioro también tiene "enormes efectos negativos potenciales en las actividades cotidianas".
Los resultados completos de este estudio aparecen publicados en la revista Journal of Clinical Medicine.