La investigación del exfiscal especial Robert Mueller sobre la presunta "injerencia rusa" en las elecciones estadounidenses de 2016 tuvo un coste total de casi 32 millones de dólares, según se desprende de los documentos publicados este viernes por el Departamento de Justicia del país norteamericano, que cubren los últimos ocho meses de la investigación.
La cifra incluye tanto los gastos directos de su oficina (16 millones de dólares), como las cantidades que Mueller tomó de otras divisiones del Departamento de Justicia que no estaban bajo su control directo.
En los dos años de trabajo, los empleados del aparato del exfiscal, que incluyeron 19 abogados, 40 agentes del FBI, así como oficiales de inteligencia, auditores forenses y otros profesionales, recibieron salarios y beneficios por valor de 9,7 millones de dólares. Otros 3,1 millones se destinaron al alquiler de locales, comunicaciones y servicios públicos. Los gastos de viaje de los empleados ascendieron a 1,6 millones y se contrataron servicios por valor de 902.000 dólares.
Los costos directos e indirectos de los últimos ocho meses del trabajo del equipo de Mueller, que concluyó en mayo con la renuncia del funcionario, ascendieron a 6,56 millones de dólares. De este monto, los gastos directos de la oficina del fiscal se estiman en 4,12 millones, mientras que el resto corresponde a gastos adicionales del Departamento de Justicia.
El presidente Donald Trump tuiteó en noviembre de 2018 que la investigación sobre la injerencia rusa había costado más de 40 millones de dólares, aunque no presentó ninguna fuente que confirmara esa información.
Dos años de investigaciones
Mueller completó en marzo casi dos años de investigaciones sobre la supuesta intromisión rusa en las elecciones de 2016, y en abril el Departamento de Justicia publicó una copia redactada de su informe. El documento original contiene casi 400 páginas. La conclusión principal que se desprende del informe de Mueller es que no hay motivos suficientes para acusar a Donald Trump de colusión con Rusia o de obstruir la Justicia.
Desde su nombramiento como asesor especial para dirigir la investigación en mayo de 2017, la pregunta clave que Mueller, exjefe del FBI, intentaba responder era si la campaña de Trump se había aliado con Moscú en su supuesto intento de influir en los resultados de los comicios de 2016.
La semana pasada, el exfiscal especial Robert Mueller reafirmó ante el Congreso de EE.UU. que no encontró pruebas de una conspiración criminal entre la campaña de Donald Trump y Rusia en las elecciones presidenciales de 2016, aunque entonces aclaró que su informe no exonera al presidente de obstrucción.
