¿Ayuda el acceso a las armas de fuego a paliar la violencia descontrolada en Brasil?

Brasil se está convirtiendo en uno de los países más violentos del mundo, con una de las mayores tasas de homicidios con aproximadamente 31 muertes por cada 100.000 habitantes, según datos del Foro Brasileño de Seguridad Pública.

En 2017, en el gigante sudamericano se registró un total de 65.602 homicidios, más de 57.000 muertes violentas en el 2018, mientras que en el primer trimestre de este año hubo 10.324 asesinatos.

Hacinamiento y violencia extrema entre bandas: el infierno de las cárceles en Brasil

Según esas estadísticas, los jóvenes son los más afectados por la violencia. Del total de homicidios registrados en el 2017, más del 50 % de las víctimas eran jóvenes de entre 15 y 29 años de edad. La situación también varía en función del color de piel, ya que más del 75 % de las personas que perdieron la vida por muerte violenta eran de raza negra.

Para frenar esta situación, una de las promesas de campaña del actual presidente, Jair Bolsonaro, fue la de facilitar la tenencia de armas. Ya en el poder, Bolsonaro aprobó un decreto que facilitaba la posesión de armas, tras lo cual, aumentó significativamente la compra de pistolas en el país.

En los primeros 100 días del Gobierno de Bolsonaro se vendieron 30.370 armasde fuego de uso personal. La población ya no solo teme a la delincuencia o al crimen, teme que la posesión de armas sea una amenaza para la seguridad ciudadana.

Amnistía Internacional denunció en mayo pasado que el decreto, impulsado por el actual Gobierno brasileño "atenta contra las garantías del derecho a la vida al ofrecer más facilidades para el incremento de la circulación" de armas de fuego. Asimismo, mostró su preocupación debido a que esas políticas pueden contribuir al aumento del número de homicidios.