El sábado 13 de julio, el periodista Benjamín Torres Gotay se despertó muy temprano, a las 5:00 de la mañana, porque estaba de vacaciones y había planeado ir junto con su esposa y sus dos hijos menores a una playa cercana a su casa de San Juan. Al encender la computadora para revisar las noticias, se enteró de que, en plena madrugada, el Centro de Periodismo Investigativo había publicado 889 páginas de chats en los que el gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, y varios de sus colaboradores, insultaban a líderes políticas, hacían comentarios homófobos y se burlaban de los damnificados del Huracán María, que había devastado al país hacía casi dos años.
También ofendían a reporteros, entre ellos, al mismo Torres Gotay. Mientras el periodista de El Nuevo Día, el diario más importante de la isla, iba leyendo los chats, le llegaban al celular mensajes de amigos y conocidos que habían descubierto, antes que él, que estaba incluido en las conversaciones que, finalmente, provocarían inéditas y masivas movilizaciones encabezadas por Ricky Martín, René Pérez y Bad Bunny. Las que terminarían tirando a un gobierno.
"Le dije a mi esposa que ya no iba a ir a la playa", recuerda el periodista en entrevista telefónica con RT. Se puso a trabajar y, desde entonces, no ha parado porque la crisis continúa: después del escándalo y las protestas, Puerto Rico ya acumula tres gobernadores en seis días y se prevé que, pronto, la lista se incremente.
Rosselló, quien debía ocupar el cargo hasta 2020, renunció el viernes pasado. En los días previos, armó una jugada política para dejar en su lugar a Pedro Pierluisi, miembro de su Partido Nuevo Progresista y excomisionado de Puerto Rico en Washington, pero ayer el Tribunal Supremo de la isla declaró inconstitucional su asunción porque no había sido avalada por el Senado, sino solo con el respaldo de la Cámara de Representantes. Ambos espacios integran la Asamblea Legislativa de la isla. La siguiente en la lista de sucesión era Wanda Vázquez, la ahora exsecretaria de Justicia que había reconocido que no quería ser gobernadora y que asumió el miércoles por la tarde, aunque casi nadie cree que durará mucho en su nuevo puesto.
"Se especula que su gestión como gobernadora se va a limitar a elegir a un candidato que pueda ser confirmado por la Asamblea Legislativa y que se quede hasta las elecciones del próximo año", explica Torres Gotay. El nombre que más suena es el de Jenniffer González, comisionada de Puerto Rico en la Cámara de Representantes de EE.UU., en donde no tiene ni voz, ni voto.
"El sistema está tambaleándose"
En esa valoración coinciden el sociólogo y profesor de la Universidad de Puerto Rico, Emilio Pantojas García, y la escritora y periodista Ana Teresa Toro, quienes se muestran optimistas y esperanzados acerca de los resultados que tendrán los aciagos días que el país ha vivido en las últimas semanas.
"El problema ahora es que nuestra Constitución no prevé elecciones anticipadas, hay que esperar al 2020, pero el sistema está tambaleándose. La crisis no terminó con la renuncia de Rosselló, la crisis de legitimidad continúa. En medio de todo eso, estoy entusiasmado porque nunca había visto a mi pueblo levantarse así contra la injusticia. Todavía no hay un proyecto político de cambio, pero si trabajamos podremos encaminar al país a una nueva dirección", dice Pantojas García.
"Lo que estamos viviendo es un parteaguas en la historia de Puerto Rico. Estaba optimista por el despertar ciudadano, pero el verdadero antes y después fue el Huracán María. La gente atravesó el luto y se reorganizó para reapropiarse del país. Eso implica un fortalecimiento del poder ciudadano, de su conciencia. Teníamos un gran déficit democrático, pero este verano hemos visto y hemos vivido una cultura democrática que es muy poderosa. Comprobamos que si la gente sale a la calle se pueden obtener cosas concretas", afirma Toro.
¿Revolución 'reguetonera'?
El periodista, el sociólogo y la escritora coinciden, también, en la importancia que tuvieron los músicos que participaron en las protestas. Las fotos de Ricky Martin, Bad Bunny y René Pérez, el líder de Calle 13, arengando a las multitudes, dieron la vuelta al mundo y visibilizaron una lucha que, sin ellos, jamás habría tenido tal nivel de repercusión. Por eso, algunos medios la calificaron como "la revolución reguetonera".
Torres Gotay explica que, cuando los músicos alzaron la voz, muchos portorriqueños que no se habían involucrado comenzaron a ir a las marchas. "Sus mensajes fueron muy claros, no frivolizaron la lucha, le dieron un carácter más heterogéneo. Su aporte fue invaluable porque ayudaron genuinamente, no coparon el movimiento, son los artistas con más proyección global del país", recuerda.
Pantojas García, por su parte, compara las protestas que hubo en la isla con el movimiento de los indignados que hubo en España. "Había una gran indignación contra la clase política y eso logró unir a muchos sectores. Molusco, un reguetonero muy importante, incita a las convocatorias en redes sociales, participan Ricky Martin, René Pérez, Bad Bunny, todos ellos catalizan el descontento y atraen a personas que nunca habían salido a protestar. Todos ganamos porque ellos le dieron proyección a la lucha. Aunque había un riesgo de que se perdiera la profundidad y complejidad de nuestra causa, al final fue beneficioso porque la élite política se vio en la necesidad de responder ante el descrédito que trascendía las fronteras gracias a estos artistas. Yo se los agradezco mucho", asegura este catedrático.
Para Toro, la implicación de los músicos era algo casi obvio, ya que son los únicos embajadores de Puerto Rico para el resto del mundo. "Ellos están conectados con el tejido emocional de la sociedad. Lo que pasó es que esta sociedad quedó herida, el fuego en el estómago que hizo que saliera a las calles emanó de esos chats, cuando vimos cómo los líderes políticos se burlaban de nuestros muertos, cómo despreciaban a los ciudadanos. Fue una herida emocional y los artistas conectaron con eso", dice.
También considera que "el gran petróleo de los portorriqueños" es la música: "es lo que exportamos", dice Toro. Por eso, la participación de los artistas en las marchas fue crucial para unir a la sociedad y dejar a un lado, por un rato, las divisiones políticas entre los que quieren la independencia de Estados Unidos, los que prefieren la anexión definitiva a ese país y los que apuestan por una nueva categoría autonómica, diferente a la que rige actualmente en la isla.
"Fue muy chévere. Pudimos ver a jóvenes de 14, 15, 17 años llevando consignas políticas y que les tienen alergia a los políticos, pero que sí confían en un artista. Los portorriqueños valoramos mucho lo que hicieron los músicos porque no nada más es de ahora, siempre han hecho mucho trabajo social. Después del huracán, Ricky Martin traía aviones llenos de agua y entregó más de 300 casas en un municipio con mayoría de población afroantillana, que han sufrido marginación y pobreza. Los artistas no salieron a protestar por ocurrencia ni porque a Ricky lo hayan mencionado en el chat, ellos también estaban emocionalmente afectados", señala.
Mientras se define si habrá o no un nuevo gobernante, en la isla hay un clima de compás de espera por parte de la ciudadanía que sigue activa, pero no con la masividad de hace un par de semanas. El periodista Torres Gotay está atento a la transición, a sabiendas de que el país enfrenta varios e importantes retos, sobre todo la reconstrucción del paso del huracán. Todavía hoy, la ciudad se mantiene a oscuras por la noche ante la falta de alumbrado público, hay casas sin techos, miles de damnificados y falta de asistencia. Y está latente la amenaza de un nuevo recorte al gasto público y las pensiones.
En su caso personal, a pesar de que estaba mencionado en los chats, nunca tuvo miedo ni se sintió intimidado. Solamente le sorprendió que el exgobernador Rosselló y sus funcionarios estuvieran pendientes de lo que escribía un periodista en Twitter, en lugar de atender importantes temas de Estado.
Lamenta, eso sí, "la pequeñez" demostrada por un líder político que despreciaba tanto a sus gobernados. Y que, gracias a las protestas, tuvo que irse.
Cecilia González
Si te ha gustado, ¡compártelo con tus amigos!