El estadounidense Paul Ernest, hospitalizado después de que el incendio más mortífero en la historia del estado de California devastara su ciudad en noviembre del año pasado, ha fallecido esta semana, informa The New York Times, elevando el número total de víctimas del siniestro a 86 personas.
Su hijo ha confirmado que el hombre, de 72 años, murió este lunes tras unas complicaciones provocadas por las quemaduras que sufría en un tercio de su cuerpo. "Tenía dificultades para mantener sus pulmones funcionando", dijo Jessee Ernest. "Dio una buena pelea", añadió.
Paul Ernest permaneció en el hospital desde noviembre de 2018, cuando el enorme incendio, bautizado como Camp Fire, arrasó Sierra Nevada y destruyó unos 15.000 hogares en su ciudad, Paradise, con una población de 27.000 personas, y miles más en otras localidades cercanas. Según relató su hijo, sus padres trataron de escapar en coche pero fueron bloqueados por el fuego, por lo que se escondieron tras una roca mientras el hombre trataba de proteger a su esposa de las llamas.
Cuando el incendio se debilitó un poco, un vecino logró escapar en su vehículo y pidió ayuda a los bomberos. Al igual que Ernest, su mujer Suzie sufrió quemaduras de tercer grado en aproximadamente el 30% de su cuerpo, pero recibió el alta de los médicos y ahora se recupera en casa.
El incendio forestal Camp Fire fue el más devastador de la historia de California. Arrasó alrededor de 62.000 hectáreas y se cobró la vida de al menos 86 personas, destruyendo asimismo más de 19.000 edificios.
