La autopsia del financiero y pedófilo convicto Jeffrey Epstein, quien murió el sábado pasado en un "aparente suicidio" en una celda de una prisión neoyorquina donde esperaba un nuevo juicio, ha revelado varias fracturas en su cuello, profundizando así el misterio en torno a su muerte.
Tales lesiones pueden encontrarse tanto en las personas que se ahorcan como en las que son estranguladas, informa The Washington Post citando fuentes cercanas a los resultados del examen.
Las circunstancias de la muerte del multimillonario siguen siendo investigadas y por el momento se desconoce cuándo se publiсará el informe de la autopsia.
El doctor Zhongxue Hua, experto forense del condado de Bergen (Nueva Jersey), afirmó que la fractura de cuello no es una lesión típica de un suicidio, pero llamó a no sacar conclusiones prematuras.
Jeffrey Epstein fue encontrado muerto en su celda en la Unidad Especial de Vivienda del Centro Correccional Metropolitano de Nueva York el sábado pasado. El caso generó inmediatamente acusaciones de negligencia contra la prisión e incluso de asesinato, dados los escasos y confusos datos disponibles. El FBI está investigando su muerte como un "aparente suicidio".
Varios funcionarios familiarizados con el asunto dijeron a los medios que el millonario se había ahorcado en su celda, pero hasta el momento nadie lo ha confirmado públicamente.
La administración de la cárcel ordenó someter a Epstein a un monitoreo especial después de que intentara suicidarse el 23 de julio, pero seis días después, el régimen de supervisión fue cancelado, según informó el diario The New York Times esta semana citando a un representante de la ley y un funcionario de la prisión.
Asimismo, los dos guardias de seguridad encargados de realizar controles en la celda cada 30 minutos se durmieron y posteriormente falsificaron los registros. Ninguno de los funcionarios de la institución penitenciaria se acercó a la celda del financiero durante tres horas, precisa el medio.
Epstein, de 66 años, estuvo recluido en prisión desde su arresto el mes pasado y se declaró inocente de los cargos de tráfico de menores entre 2002 y 2005, que conllevan una pena de hasta 45 años de prisión.
En 2008, el financiero se declaró culpable de solicitar servicios de prostitución y tentar a la prostitución a menores, tras lo cual permaneció trece meses en custodia como parte del acuerdo judicial alcanzado.