En los últimos días la política económica de Mauricio Macri es un compendio de dimes y diretes, promesas y desconfianzas, avances y retrocesos. El caso del combustible, uno de los mejores ejemplos: anunciaron el congelamiento de la tarifa por tres meses. Al rato dudaron, después reafirmaron, al día siguiente intentaron negociar con las petroleras, fracasaron y finalmente hoy salió —por decreto— la medida publicada en el Boletín Oficial.
El DNU (Decreto de Necesidad y Urgencia) '566/2019' toma en cuenta el artículo 42 de la Constitución Nacional (los consumidores tienen derecho a la protección de sus intereses económicos), la ley de Hidrocarburos, disposiciones judiciales y la "abrupta variación reciente del tipo de cambio y el contexto económico y social imperante", y decide "asegurar el abastecimiento de combustibles en el mercado interno a un precio estable por un período de noventa días".
Historia de una duda
El martes —tras los resultados de las elecciones primarias del domingo y la corrida de 'los mercados' del lunes— el Presidente anunció un paquete de medidas que llamó "de alivio". Se disculpó por su aparición del día anterior, dijo que estaba triste y sin dormir, y listó una a una las novedades. Casi al terminar, como un broche de oro, dijo: "Tomamos la decisión de congelar el precio de la nafta por los próximos 90 días y que la devaluación no los afecte".
Pero, once horas después, ya circulaba la información de que la medida no aparecería en el Boletín Oficial del miércoles, como sí muchas otras de las decisiones que se oficializaron.
Aunque tampoco quedaba claro que estuviera suspendido: "La Secretaría de Gobierno de Energía informa que el congelamiento de precios de las naftas que anunció hoy el presidente de la Nación se realizará en acuerdo con las empresas", informaron.
Fue en ese momento que el debate quedó claramente sobre la mesa: resulta que el Ejecutivo no había negociado previamente con las petroleras, cosa que sucedería el miércoles. El mismo Guillermo Nielsen, economista cercano al opositor Alberto Fernández, criticó el anuncio desde la defensa de YPF.
Durante la jornada de mitad de semana, las estaciones de servicio tenían un ritmo habitual. Ni los que descreían de la medida anunciada tenían dinero para poner nafta preventivamente. El empleado de la sucursal nos confirmaba que —últimamente— nadie pide que le llenen el tanque. Van poniendo "de a puchitos".
Y es que la incertidumbre es total. "En este país puede pasar cualquier cosa, es increíble, es una lotería", dijo a RT un joven que frenó el auto con su hija y esposa para ponerle aire a las ruedas. Otro hombre, de unos sesenta, leía el diario en el bar de la estación y —resignado— contó: "La medida me sorprendió pero no lo creí. Yo pienso que todo esto es una forma de querer atraer al electorado pero no lo va a lograr de ninguna manera".
El empleado de la sucursal, mientras revisaba el agua del auto de un cliente, describió con sinceridad su reacción ante las novedades: "Mucha importancia no le doy, me parece que es tarde para las medidas que el gobierno quiere hacer, la gente ya está cansada, no da más".
Néstor, un taxista que es parte de la organización política 'Tuyo' (Taxistas Unidos y Organizados) también descree de la medida: "Es imposible, es un país que ni siquiera tiene una moneda de referencia. Ayer en un supermercado había un cartel que decía que no vendía lácteos, así que ¿cómo vamos a saber cuánto está el combustible la semana que viene?", opinó.
Sin acuerdo, por decreto
Al día siguiente, el secretario de Energía Gustavo Lopetegui intentó negociar con las compañías pero no hubo acuerdo. Entonces les informaron que recurrirían a la Ley de Abastecimiento y avanzarían.
La norma, que se conoce como "de abastecimiento", indica que desde el Estado se pueden "establecer, para cualquier etapa del proceso económico, márgenes de utilidad, precios de referencia, niveles máximos y mínimos de precios".
Pero finalmente tampoco fue ese el marco legal que utilizaron, según indican algunos especialistas, porque esa estrategia podría generar reclamos legales.
Este viernes —finalmente— el Ejecutivo sorprendió con un Decreto. En él, especifica:
- Las entregas petróleo crudo efectuadas en el mercado local durante los próximos 90 días deberán ser facturadas y pagadas al precio convenido entre las empresas productoras y refinadoras al día 9 de agosto de 2019
- Se aplicará un tipo de cambio de referencia de 45,19 pesos argentinos por dólar.
- También se aplicará un precio de referencia BRENT (un tipo de petróleo, referencia en el mercado europeo) de 49 dólares por barril.
- El precio tope de naftas y gasoil en todas sus calidades no podrá ser superior al precio vigente al día 9 de agosto de 2019 (el último viernes antes de las elecciones primarias).
- Las empresas refinadoras y los expendedores deberán cubrir el total de la demanda nacional de combustibles líquidos.
- Las empresas productoras de hidrocarburos deberán cubrir el total de la demanda de petróleo crudo que les sea requerido por las empresas refinadoras locales.
- La comercialización de los combustibles deberá realizarse "de acuerdo con las calidades, tipos y demás requisitos establecidos por la normativa vigente".
Continuará.
Julia Muriel Dominzain
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