Escasez de alimentos, medicinas y combustibles: el 'peor escenario' que previó el Gobierno británico para un Brexit sin acuerdo

Un informe, filtrado por el diario The Times, pone énfasis en los atascos aduaneros en los puertos del Reino Unido y en las complicaciones de una 'frontera dura' con Irlanda

El Reino Unido afrontará escasez de alimentos, medicinas y combustibles si abandona la Unión Europea (UE) sin llegar a un acuerdo de transición con Bruselas, según documentos oficiales filtrados por The Times.

Bajo el nombre en clave de 'Operación Yellowhammer', un dossier destapado por el diario británico muestra el escenario que la Oficina del Gabinete considera más probable como consecuencia de una salida abrupta de la UE. Dos de los elementos más preocupantes para los autores del informe son el posible atasco en los puertos británicos y las complicaciones derivadas de una 'frontera dura' en Irlanda. 

El informe subraya que el 85 % de los camiones que usa actualmente el Canal de la Mancha para llegar a suelo europeo "pueden no estar listos" para pasar por la aduana francesa al no disponer de la documentación adecuada, y estima que estas dificultades podrían tardar meses en resolverse.

Alimentos, medicinas y combustibles 

El documento señala con preocupación un dato relevante: hasta el 75 % de los medicamentos que se comercializan en territorio británico llegan al país a través del Canal de la Mancha, que sería con toda probabilidad la vía de transporte más afectada por un Brexit sin consenso al respecto. Cada mes se importan 37 millones de medicinas de la UE, una cantidad que sería imposible de alcanzar en un escenario afectado por las complicaciones aduaneras que se prevén. La falta de medicamentos resultante podría extenderse "al menos 6 meses", según el dossier Yellowhammer.

Respecto a los alimentos, no se prevé un escenario de verdadera escasez generalizada, sino de falta de algunos alimentos, "lo cual reducirá las opciones de los consumidores y aumentará el precio, perjudicando a los grupos más desfavorecidos", según el propio reporte gubernamental. 

El texto también advierte sobre el riesgo de una escasez de combustible. Los previsibles atascos en Dover (uno de los más importantes puertos de entrada al Reino Unido desde Europa) podrían frenar la entrada de gasolina en el país durante semanas, con graves efectos sobre la economía local.

En un plazo más largo, el informe prevé el cierre de dos de las refinerías de petróleo que operan en el Reino Unido, como consecuencia de la importación de gasolina más barata desde el extranjero, con la consecuente pérdida de unos 2.000 puestos de trabajo y posibles interrupciones en el suministro de combustibles en varias zonas del país.

En entrevista con RT, el analista internacional Alexis Matuté pronostica que un Brexit duro provocará una fuerte recesión en el Reino Unido que durará más de tres años y recuerda que, entre otras cuestiones, en asuntos comerciales el país británico tendría que negociar con cada uno de los 27 miembros de la UE por separado.

Además, el experto también pone el foco en la relación entre las dos Irlandas: "Esta decisión de salir de la UE sin acuerdo volvería a retomar las actividades ilícitas de contrabando y volverían a existir los pequeños roces" que existieron históricamente entre los dos lados de la frontera.

Mensaje de calma desde el Gobierno 

El contenido de esta filtración ha generado cierta alarma social, ante lo cual, algunas voces desde el Ejecutivo británico han tratado de imponer un mensaje de calma. 

El ministro encargado de los preparativos para el Brexit, Michael Gove, aseguró en su perfil oficial de Twitter que la información filtrada solo recoge "el peor escenario posible", y que se ya han hecho "avances significativos" para evitar que se llegue a situaciones extremas.

No es la primera vez que se filtran las preocupaciones del Gobierno británico con respecto a los efectos de un eventual Brexit duro. Ya a principios de este mismo mes de agosto, la cadena Sky News difundió un documento de contenido similar, en el que también se reflejaba un temor ante una posible escasez alimentaria y se mencionaban otros posibles problemas, como un aumento puntual del crimen organizado o conflictos entre buques pesqueros por el acceso a las aguas del Reino Unido o de la UE.