Durante más de un siglo, en el Museo Egipcio de Berlín se han mantenido almacenadas numerosas cajas de metal y de cartón, cuyo contenido fue excavado entre 1906 y 1908 por el arqueólogo Otto Rubensohn en Elefantina, isla del río Nilo, al sur de Egipto. El 80 % de los textos sobre papiro que allí se hallan aún no ha sido estudiado, ya que resulta casi imposible hacerlo mediante métodos convencionales.
Ahora, especialistas de esa institución museística, así como de la Universidad de Berlín y del centro de investigación Helmholtz-Zentrum, estudiaron un pequeño trozo de papiro de esa colección, cuya característica más notable era una suerte de parche aparentemente en blanco.
Hace miles de años, los egipcios enrollaban o doblaban cuidadosamente los papiros para que ocuparan el menor espacio posible. Para leerlos tenían que desplegarlos con el mismo cuidado. "Hoy, sin embargo, gran parte de estos papiros ha envejecido considerablemente, por lo que valiosos textos pueden ser dañados fácilmente si intentamos desplegarlos o desenrollarlos", explica el profesor Heinz-Eberhard Mahnke, del Helmholtz-Zentrum.
Para estudiar el trozo en cuestión, los expertos utilizaron métodos no destructivos, incluyendo la radiación de sincrotrón. Además, desarrollaron una nueva técnica para abrir virtualmente los valiosos papiros en la computadora, sin tener que desplegarlos y arriesgarse a destruir preciosos hallazgos. Su estudio fue publicado en la revista Journal of Cultural Heritage.
Rayos X
Los antiguos egipcios generalmente escribían con una tinta negra de hollín, hecha con piezas carbonizadas de madera o huesos. Sin embargo, para ciertos propósitos, también usaban tintas coloreadas mediante elementos como hierro, cobre, mercurio o plomo. Utilizando la fluorescencia de rayos X, los investigadores pudieron revelar rastros de esos metales en la parte que ahora aparece en blanco en el papiro de Elefantina.
De hecho, incluso lograron discernir caracteres, aunque como una imagen borrosa. Para capturar una imagen mucho más nítida, la estudiaron con radiación de sincrotrón, iluminando la muestra con muchos fotones de rayos X de alta coherencia. De esa manera pudieron aumentar su brillo y así distinguir mejor los signos escritos en el papiro.
Composición de la tinta invisible
Durante su investigación, los científicos también buscaron explicarse por qué los egipcios habrían querido escribir allí con este tipo de 'tinta invisible'. Pero aparentemente no fue esa la intención del calígrafo. "Sospechamos que los caracteres pueden haber sido escritos originalmente en minio brillante (plomo rojo) o tal vez en galena negra, como el carbón", explica Mahnke.
Si tales tintas son expuestas a la luz solar durante demasiado tiempo, pueden desencadenarse reacciones químicas que alteran sus colores. Incluso, muchas tintas modernas se desvanecen de manera similar con el tiempo. Por tanto, es fácilmente concebible que, a lo largo de miles de años, el minio rojo brillante o la galena negra se transformaran en carboxilato de plomo, sustancia invisible, según los investigadores.