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El largo camino de los tomateros mexicanos para llegar a un acuerdo comercial con EE.UU.

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Luego de tres meses del pago de aranceles de 17,5 % por las exportaciones de tomate desde México y la ratificación de un acuerdo que venía funcionando desde hace más de dos décadas, pero que fue suspendido este año, los productores barajan opciones.
El largo camino de los tomateros mexicanos para llegar a un acuerdo comercial con EE.UU.

El tomate es el tercer producto agrícola de exportación de México después de la cerveza y el aguacate, sin embargo, los productores mexicanos atravesaron hasta hoy un mal momento debido a diversas imposiciones del gobierno estadounidense, tras la cancelación de un acuerdo que venía renovándose desde 1996, con lo cual se enfrentaron al pago de un arancel del 17,5% sobre el precio de venta desde el 8 de mayo pasado, estimado en un costo anual superior a 350 millones de dólares, con base en cifras de la Secretaría de Economía (SE) de México.

Sobre los productores también pendía la condicionante del Departamento de Comercio de EE.UU. (DoC, por sus siglas en inglés) de la revisión del 92 % de los embarques de tomate mexicano en la frontera en un plazo de 72 horas. El respiro llegó la medianoche de este 20 de agosto, después de meses de cabildeo, con un acuerdo entre ambos para suspender una investigación 'antidumping' contra los exportadores mexicanos, que había sido reactivada el 7 de mayo pasado.

Con la firma de este acuerdo, el DoC abre un periodo para comentarios públicos de 30 días, por lo que entrará en vigor el 19 de septiembre próximo, con ello, las exportaciones de tomate mexicanas se podrán realizar sin el pago del arancel y los productores tendrán el derecho de recibir todos los depósitos en efectivo que hayan realizado desde el 07 de mayo, hasta el día en que este acuerdo se publique en el Federal Register de la nación norteamericana.

El acuerdo incluye la controversial última propuesta de inspeccionar los camiones en la frontera para revisar la calidad del producto; hacer incrementos en los precios de referencia para tomates de especialidad y un aumento en el costo de los tomates orgánicos 40% arriba del precio de los convencionales, informaron los productores mexicanos en un comunicado.

El anuncio del Gobierno de Estados Unidos sobre el restablecimiento de una investigación 'antidumping' sobre las exportaciones mexicanas de tomate se dio unas semanas antes del amago de la Administración de Donald Trump para imponer aranceles a los productos provenientes de México del 5% hasta escalar al 25%, que se mantiene en suspenso tras un acuerdo provisional alcanzado el 7 de junio, en el que la nación latinoamericana se comprometió a frenar la migración proveniente de Centroamérica hacia territorio estadounidense.

El tomate mexicano en EE.UU.

La historia de la exportación del tomate mexicano a Estados Unidos data de casi 100 años, siendo su principal mercado en el extranjero: uno de cada dos tomates que se consumen en aquel país son de origen mexicano. "En el año 2000 había poco menos de 200 hectáreas de cultivo protegidas en México, ahorita suman alrededor de 50.000 hectáreas, en su mayoría destinadas al cultivo del tomate. Algunas de las ventajas son rendimientos entre cinco y siete veces más grandes que producir en campo abierto, por ello, los volúmenes que producimos se han incrementado y, por tanto, las exportaciones", refiere Alfredo Díaz Belmontes, director general de la Asociación Mexicana de Horticultura Protegida A.C. (AMHPAC) con sede en el estado de Sinaloa, al norte de México.

Los tomateros mexicanos encontraron en EE.UU. su mercado, por su tamaño y la cercanía. Tan solo en 2018, las exportaciones de este cultivo estuvieron cerca de 2.000 millones de dólares, donde el mercado estadounidense absorbió cerca del 95 % del total.

En 1996 surgió el Acuerdo de Suspensión de la Investigación Antidumping del Tomate Fresco entre México y EE.UU., vigente hasta mayo pasado, a raíz de una petición de los productores de tomate de Florida al Departamento de Comercio estadounidense para que iniciara una investigación 'antidumping' sobre las exportaciones mexicanas de ese rubro, una medida de defensa comercial que se lleva a cabo cuando un suministrador extranjero ofrece precios inferiores a los que aplica en su propio país.

El DoC determinó en una resolución preliminar que existían márgenes de 'dumping' en la venta de tomate mexicano a EE.UU., sin embargo suspendió la investigación mediante un compromiso de precios que permitió la firma del acuerdo que se renegociaba cada cinco años y que estuvo en vigor durante 23 años, encauzando una de las principales disputas comerciales entre ambos países.

A partir del 7 de mayo pasado, y nuevamente a solicitud de los productores de tomate de Florida, el DoC eliminó el acuerdo y reactivó la investigación, que quedó suspendida este 21 de agosto, pero que implicó que los exportadores mexicano se enfrentaran el pago de derechos compensatorios provisionales de 17,5 % sobre el precio de venta.

"El último (acuerdo) que firmamos fue en el 2013 y venció en marzo del año pasado. A finales del 2017, comenzamos a tocar la puerta del Departamento de Comercio para negociar el nuevo acuerdo y nos dio largas. Pasó todo el 2018 y en 2019, a principios de febrero, nos dio como regalo del Día de la Amistad el anuncio de su salida del acuerdo y, por tanto, nos iban a empezar a cobrar un arancel del 17,56 %. La fecha llegó el 7 de mayo de 2019, y a partir del 8 de mayo, estamos pagando el arancel", explica el directivo de la AMHPAC, que agrupa a 250 productores, de los cuales 220 solo producen y exportan tomate.

Los tomateros mexicanos también debieron negociar la petición de someter a una inspección de la cargas que cruzaran hacia EE.UU. en la frontera en un plazo de 72 horas. "La respuesta de nosotros es que era totalmente inaceptable por varias razones", señala Díaz Belmontes.

Los motivos que sostenían su argumento eran que el Departamento de Comercio no estaba facultado para llevar a cabo las inspecciones, pues corresponden al Departamento de Agricultura, además de que logísticamente era inviable, pues tendrían que inspeccionarse 120.000 camiones al año, y al tratarse de un producto altamente perecedero, se echaría a perder en el lapso estimado para las revisiones.

Lección aprendida

La ruta que los tomateros mexicanos debieron pasar durante más de tres meses fue de aprendizaje, dice el director de la AMHPAC.

Alfredo Díaz Belmontes.
Alfredo Díaz Belmontes.
"Estuvimos en una zona de confort y pensábamos que, eventualmente, podía haber una amenaza, pero no la considerábamos tan cercana y tan real hasta que llegó con la política proteccionista del presidente Trump".

"En momentos difíciles es cuando uno aprende más. Nosotros sabíamos, en teoría, que depender de un solo mercado nos hacía muy vulnerables, pero estuvimos en una zona de confort y pensábamos que, eventualmente, podía haber una amenaza, pero no la considerábamos tan cercana y tan real hasta que llegó con la política proteccionista del presidente Trump", comenta Díaz Belmontes.

Paralelamente a que el DoC suspendió el acuerdo, los productores comenzaron a diversificar mercados, "porque era obvio que ante cualquier amenaza de nuestro único comprador, éramos muy vulnerables y ahora estamos intentando lo que debimos de haber hecho hace muchísimos años, que es irnos a otros mercados", acota Díaz.

Los tomateros trabajan actualmente con algunos centros de investigación en prolongar la vida de anaquel del tomate, que es de aproximadamente 25 días, a fin de poder exportar a países como Rusia, donde hay interés en el producto. "Tuvimos una misión comercial a Moscú y el mercado rusoes potencialmente muy grande, atractivo, el problema con mercados tan lejanos es la vida de anaquel; ellos mostraron interés, pero no pudimos ponernos de acuerdo con el precio, porque lo tendríamos que mandar por avión y se nos encarece mucho el costo del flete, y por barco tardaría 30 días en llegar, por eso estamos trabajando en ello", destaca el ingeniero agrónomo.

Asimismo, están por concretar envíos de productos de tomate procesado a Europa y laboran en la diversificación de cultivos. "En la industria hortícola mexicana, más del 70 % producimos tomate, necesitamos también atender demandas de otros productos, por ejemplo, el espárrago. En Europa encontramos una demanda potencial para el espárrago fresco de alrededor de 13 millones de dólares, sin embargo, para el espárrago procesado asciende a 160 millones de dólares", expone.

Alfredo Díaz Belmontes.
Alfredo Díaz Belmontes.
Necesitamos seguir preguntando a los mercado qué necesitan para diversificar nuestro portafolio de negocios y volvernos menos vulnerables. Todo esto lo hacemos cuando ya nos enfrentamos a este problema con EE.UU.".

Aún con el acuerdo alcanzado en los últimos minutos del 20 de agosto, ante los tomateros mexicanos se abren cuestionamientos. "Necesitamos seguir preguntando a los mercado qué necesitan, qué quieren, cómo lo quieren, para diversificar nuestro portafolio de negocios y volvernos menos vulnerables. Todo esto lo hacemos ahorita, cuando ya nos enfrentamos a este problema con EE.UU.", concluye el dirigente de la Asociación Mexicana de Horticultura Protegida.

Comercio bilateral del tomate en cifras

  • La producción y exportación de tomate apoya el empleo directo de más de 400.000 trabajadores agrícolas, que en su mayoría son migrantes.
  • Genera un millón de empleos adicionales en industrias relacionadas con la cadena de soporte, logística, servicios, entre otras.
  • El consumo per cápita por año en el mercado estadounidense ha pasado de 5,4 kilogramos a principios de los años 1980, a un promedio de casi 9,5 kilogramos entre 2010-2017.

Paola Morales

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