Twitter anunció este lunes que ya no aceptará publicidad de medios de comunicación estatales, en una nueva política que supuestamente va dirigida a "proteger el discurso saludable y la conversación abierta", pero que plantea varias interrogantes y no está exenta de controversia.
¿A quiénes afectará?
El comunicado de la red social explica que la nueva política se aplicará a las organizaciones controladas financiera o editorialmente por el Estado.
Sin embargo, la medida no afectará a las "entidades financiadas por los contribuyentes, incluidas las emisoras públicas independientes", matiza la compañía, lo que excluye a medios como BBC, Voice of America (VOA), PBS, NPR y similares.
¿Quién distinguirá entre los 'buenos' y los 'malos'?
Lo que equivale exactamente a un medio "controlado por el Estado" será determinado con la ayuda de "académicos y líderes de la sociedad civil", explica el comunicado, que nombra, en particular, a organizaciones occidentales como Reporteros sin Fronteras, el Comité para la Protección de los Periodistas, la Unidad de Inteligencia de la revista Economist, con sede en el Reino Unido, el Centro Europeo de Periodismo, basado en Países Bajos, la Unesco, así como la ONG Freedom House, financiada por el Gobierno de EE.UU.
Según Twitter, la decisión dependerá de criterios como el "control del contenido editorial, propiedad financiera, influencia o interferencia sobre emisoras, editores y periodistas, ejercicio directo e indirecto de presión política y/o control sobre el proceso de producción y distribución".
¿Qué pasará ahora?
Las entidades afectadas tendrán 30 días para desconectarse de los productos publicitarios de la plataforma desde que sean notificadas.
"Cualquier cuenta afectada tendrá la libertad de seguir usando la plataforma para entablar una conversación pública, pero no podrá usar nuestros productos publicitarios", explica el comunicado.
¿Por qué se toma la decisión?
Twitter explica que quiere "proteger el discurso saludable y la conversación abierta", y cree que existe "una diferencia entre entablar una conversación con las cuentas que elige seguir" y el contenido que ve de los anunciantes, "que puede ser de cuentas que no está siguiendo actualmente". "Tenemos políticas para ambos, pero tenemos estándares más altos para nuestros anunciantes", añade.
Cabe destacar que el anuncio fue realizado el mismo día que varios grandes medios de comunicación acusaron a la compañía de aceptar compras publicitarias de la agencia de noticias china Xinhua, que criticaba a los manifestantes antigubernamentales en Hong Kong.
De hecho, también el lunes, Twitter anunció que ha eliminado casi 1.000 cuentas procedentes de China por intentar "deliberadamente y específicamente sembrar discordia política en Hong Kong, incluso socavando la legitimidad y las posiciones políticas de los movimientos de protesta en el terreno". La compañía aseguró que tiene "evidencia fiable para respaldar que esta es una operación coordinada respaldada por el Estado".
¿Por qué es polémica?
El periodista, escritor y bloguero Neil Clark opina que la nueva política plantea varias preguntas "preocupantes". Aparte de que no es fácil distinguir entre "entidades de medios controladas por el Estado" y "entidades financiadas por los contribuyentes", y más allá del hecho "realmente orwelliano" de que los 'expertos' en los que se basará Twitter incluyan organismos que "reciban fondos estatales", como la Freedom House, la lógica detrás de la medida parece ser que los medios estatales son "intrínsecamente sesgados", mientras que las entidades de medios "controladas de forma privada" no lo son, señala Clark.
"Lo que estamos presenciando es la censura política pasada de moda en el siglo XXI, en nombre de la lucha contra las 'noticias falsas'", opina Clark, añadiendo que la forma en que Twitter ha enmarcado su nueva política "tendrá un impacto perjudicial" en las organizaciones de medios que "en realidad son muy honestas acerca de ser propiedad del Estado", mientras que favorecerá a aquellas que tienen "una relación menos obvia con los Gobiernos nacionales, pero que todavía existe".
Por otro lado, el periodista invita a preguntarse sobre quién tiene más influencia: "las 'entidades de medios de noticias controladas por el Estado', digamos, de Bielorrusia", o el imperio mediático de Rupert Murdoch, "que durante los últimos treinta años más o menos ha sido implacable y descaradamente propagandístico a favor de las guerras neoconservadoras de agresión", y cuya publicidad no se verá afectada por la prohibición de Twitter.
"Escuchamos mucho sobre los 'medios de comunicación controlados por el Estado' de Rusia, China o cualquier otro 'enemigo oficial' que lanzan 'propaganda', pero si miramos esto con total objetividad, veremos que la propaganda más mortal —la desinformación que condujo a la muerte de cientos de miles, sino millones de personas—, ha venido de otros lugares", denuncia el periodista, y concluye: "Proviene, irónicamente, de esos medios que pasan tanto tiempo acusando a otros de ser propagandistas".
- En 2017, Twitter decidió bloquear la publicidad "de todas las cuentas de RT" alegando que la cadena intentó interferir en el proceso electoral estadounidense de 2016. La Cancillería rusa denunció entonces que la decisión supone una violación de la legislación nacional e internacional que garantiza la libertad de expresión y la calificó de un paso agresivo bajo la influencia de EE.UU.
- Al día siguiente se conoció que la propia red social sugirió a RT que colocara un elevado volumen de publicidad en su plataforma durante la campaña electoral de 2016 y posteriormente ocultó este hecho al comité de Inteligencia estadounidense durante las audiencias. RT rechazó la oferta de Twitter.
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