El Gobierno chino planea imponer aranceles adicionales a las importaciones desde Estados Unidos por un valor total de 75.000 millones de dólares, ha comunicado este viernes el Ministerio de Comercio del país asiático.
Una serie de tarifas sobre 5.078 diversos artículos de bienes estadounidenses —que van del 5% al 10%— entrarán en vigor en dos lotes, el 1 de septiembre y el 15 de diciembre.
Además, el 15 de diciembre serán reanudados los aranceles del 25% a los automóviles estadounidenses y del 5% a las piezas y componentes automotrices que China había suspendido el pasado mes de abril.
"Las medidas de EE.UU. han llevado a una escalada continua de las fricciones económicas y comerciales chino-estadounidenses, que han perjudicado en gran medida los intereses de China, de EE.UU., así como de terceros países", afirma en el comunicado el Ministerio. La nota añade que al imponer restricciones contra productos chinos, la Administración Trump "ha amenazado seriamente […] el principio del libre comercio".
Reacción al estilo estadounidense
Por su parte, el presidente Trump devolvió el golpe con una serie de tuits en los que denunció que su país "ha perdido, de forma estúpida, trillones de dólares con China a lo largo de los años", acusando al gigante asiático de robar su propiedad intelectual".
"¡No voy a permitir que eso ocurra! No necesitamos a China y, francamente, sería justo decir que estaremos mejor sin ellos", agregó el inquilino de la Casa Blanca. En este sentido, ordenó a las compañías nacionales "que comiencen a buscar de inmediato una alternativa a China", con lo que hizo caer los principales índices bursátiles estadounidenses. En particular, mencionó a empresas como FedEx, Amazon y UPS y Post Office.
Asimismo, el mandatario afirmó que va a "responder a lo largo de esta tarde" a los aranceles chinos.
Nueva cadena de disputas
Con esta decisión de Pekín responde a las acciones similares emprendidas recientemente por Trump. En particular, se trata de la imposición de tarifas del 10 % contra ciertos productos chinos, incluidas las computadoras portátiles y los teléfonos celulares, por valor de 300.000 millones de dólares, que entrarán en vigor el próximo 1 de septiembre.
Por su parte, en respuesta a estos aranceles, el Gobierno chino dejó caer el yuan, medida por llevó al mandatario estadounidense a tildar al país asiático de "manipulador de divisa".