"La mayor responsabilidad" en lo que atañe a la estabilidad estratégica en el mundo recae en Rusia y en EE.UU., afirmó este jueves el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, en una entrevista con el diario Izvestia, en la que enfatiza que, tras la salida de Washington del Tratado sobre Misiles de Alcance Medio y Corto (INF, por sus siglas en inglés), los dos países tienen que abordar, en primer lugar, el futuro del Tratado START III, que expira en febrero de 2021.
En este sentido, Lavrov destacó que Moscú ha instado en repetidas ocasiones a Washington a empezar a trabajar para extender el Tratado —el único pacto entre Rusia y EE.UU. que limita las armas nucleares desplegadas— por un período de cinco años, pero la postura de EE.UU. al respecto "no está muy clara".
"Antes de encontrar formas de desarrollar un diálogo sobre el mantenimiento de la estabilidad estratégica en las nuevas condiciones, no tenemos derecho ni podemos permitirnos el lujo de perder el Tratado START III", resumió Lavrov la posición de Rusia.
Relación "gravemente socavada"
En términos generales, el canciller ruso constata que la relación con EE.UU. "se ve gravemente socavada", un proceso que —dijo— "continúa, desafortunadamente". Pese a la disposición de Moscú de reanudar el diálogo y de las intenciones "confirmadas repetidamente" por el presidente estadounidense, Donald Trump, y de sus funcionarios clave, de normalizar las relaciones con Rusia, "nada positivo está sucediendo a nivel práctico", se lamenta el jefe de la Diplomacia rusa.
"Nuestros socios estadounidenses continúan imponiendo sanciones unilaterales, sin tan siquiera molestarse en presentar argumentos, simplemente de la nada", denuncia Lavrov, destacando que ello "contradice el estado de ánimo que el propio presidente de EE.UU. está proyectando constantemente".
Al mismo tiempo, el jefe de la diplomacia rusa se refirió al "frenesí" con el que los demócratas siguen tratando de acusar a la Administración estadounidense de "vínculos clandestinos" con Rusia y de encontrar razones para lanzar un proceso de juicio político contra Trump. Esto demuestra que, pese a las conclusiones de la comisión Mueller, que no halló pruebas de colusión del equipo de Trump con Rusia, los demócratas continúan "jugando la carta rusa" de cara a la próxima campaña electoral, recalcó Lavrov, que tacha esta circunstancia de "triste y lamentable".
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