El pasado 1 de septiembre, el huracán Dorian de categoría 5 tocó tierra en Bahamas, acompañado de vientos de hasta 297 kilómetros por hora y ráfagas de hasta 352 kilómetros por hora, lo que obligó a los residentes locales a abandonar sus hogares y huir en busca de seguridad.
La víspera de la llegada de Dorian, el 31 de agosto, Brent Lowe, de 49 años, se escondía en su casa en las islas Ábaco, cuando, de repente, el viento arrancó el techo, según contó a The New York Times. El hombre sabía que él y su hijo de 24 años tenían que escapar, pero para ellos esta tarea era más difícil que para la mayoría: Lowe es ciego, y su hijo no puede caminar debido a una parálisis cerebral.
"Fue demasiado aterrador", recuerda. No obstante, el hombre levantó a su hijo, lo puso sobre sus hombros y salió de los restos de su casa en busca de ayuda. Orientándose con las manos, Lowe logró llegar a la casa más cercana que aún no había sido destrozada por el huracán.
"¿Dónde vamos a vivir cuando regrese a casa?"
Lowe, su hijo y varios de sus vecinos permanecieron en el edificio, hasta que el 2 de septiembre un autobús vino a recoger a los supervivientes y los llevó a un refugio. De todas sus pertenencias, el hombre solo se quedó con "la ropa que llevaba puesta el sábado", dijo al periódico.
El hombre está ahora preocupado por la suerte de su hija mayor, con la que habló por última vez justo antes de la tormenta y con la que no ha podido contactar desde entonces debido a la pobre comunicación con Ábaco. Según reconoció al medio, no sabe si está viva o no.
El hombre quiere regresar a Ábaco lo antes posible para reunirse con sus familiares y amigos, pero teme lo que pueda encontrarse allí. Como la mayoría de sus compatriotas, Lowe ahora no tiene lugar para vivir. "El 90% de las casas están afectadas [...] Me pregunto dónde vamos a vivir cuando regrese a casa, qué voy a hacer", confesó.
"Largo camino de recuperación"
El pasado viernes, el primer ministro de Bahamas, Hubert Minnis, anunció que el número de víctimas mortales causadas por el huracán Dorian en la nación caribeña ascendía a 43, mientras que miles de personas permanecían aún desaparecidas. Según las más recientes estimaciones de la ONU, al menos 70.000 personas en todo Ábaco y Gran Bahama carecen de hogar.
"Las Bahamas se enfrentan a un largo camino de recuperación. La reconstrucción de la infraestructura destruida, con capacidad para resistir condiciones meteorológicas extremas, será fundamental para aumentar la resiliencia de las comunidades", destacó en el comunicado de la ONU el responsable del equipo de respuesta de emergencia de la Organización Internacional para las Migraciones, Jan-Willem Wegdam.