La reina Isabel II ha aprobado finalmente este lunes una legislación que obliga al Gobierno británico a solicitar una prórroga para el Brexit en el caso de que no se haya alcanzado un acuerdo con la Unión Europea (UE) para el 31 de octubre.
La normativa, que va en contra de los deseos del recién nombrado primer ministro británico, Boris Johnson, fue aprobada el pasado viernes por la Cámara alta del Parlamento del Reino Unido, la Cámara de los Lores.
Así, el Parlamento ha logrado tramitar la ley 'antibrexit duro' antes de que se produzca el cierre de las Cámaras, que Johnson solicitó el pasado agosto a la reina Isabel II, jefa de Estado, para suspender las sesiones parlamentarias desde el 10 de septiembre hasta el 14 de octubre.
Poco después de conseguir parar la actividad del Hemiciclo por un periodo tan prolongado, el mandatario recibió un primer revés, al no conseguir que los diputados autorizaran la convocatoria de comicios generales anticipados para el día 15 de octubre, tan solo unos días antes de finalizar el plazo actual para la salida del Reino Unido de la UE.
La normativa ratificada este lunes por la monarca llega la semana después de que Johnson asegurase que "prefiriría estar muerto en una zanja" antes de negociar una prórroga del Brexit. El político conservador también ha asegurado que conseguirá un trato en Bruselas para "salir el 31 de octubre", aunque aseveró que no estaba dispuesto a dimitir si no lo lograba.
Una larga negociación
Uno de los principales escollos en la negociación entre el Reino Unido y la Unión Europea (UE) trata sobre la relación entre Irlanda e Irlanda del Norte, puesto que el interés de las dos naciones limítrofes es la de garantizar que no exista una frontera dura entre ambas.
Por otro lado, la ciudadanía británica se encuentra dividida entre partidarios y detractores del Brexit, como demuestran las manifestaciones que están teniendo lugar en las últimas semanas en las principales ciudades del país, como la que recorrió el centro londinense el pasado sábado, que terminó con enfrentamientos con las fuerzas del orden.
Los vaivenes de la política británica en torno a la salida de la UE también se están dejando sentir en la economía del Reino Unido, que el pasado 3 de septiembre contempló como la libra caía a su nivel mínimo desde 2017, justo un día después de que Johnson anunciara su intención, poco después frustrada, de adelantar las elecciones generales.
El 23 de junio de 2016 se celebró un referéndum en el país en el que el 51,9 % de los votantes apoyó el abandono de la UE, que dio lugar a un proceso que debía concluir el 31 de marzo de 2019, plazo que finalmente se extendió siete meses, debido a la dificultad de las negociaciones, hasta el 31 de octubre.