Un avión bombero ruso Il-76 aterrizó este lunes en la región de Santa Cruz (Bolivia) para unirse a la lucha contra los incendios forestales que azotan la Amazonia.
Esa aeronave se sumó a los trabajos de extinción en la Chiquitanía que realizan el Supertanker —el avión bombero más grande del mundo— y el helicóptero Chinook.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, agradeció a su homólogo ruso, Vladímir Putin, el envío de este aparato y aseguró que el apoyo de Rusia supone "una ayuda incondicional para salvar a la Madre Tierra".
Las autoridades locales señalan que hay todavía unos 2.000 focos de llamas en la zona, que ha sufrido la quema de unos 20.000 kilómetros cuadrados de bosques.
Entre los países que también han participado en estas labores de asistencia se encuentran Argentina, Chile y Perú.
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