Una gigantesca ola de calor oceánica en el Pacífico frente a la costa oeste de Estados Unidos amenaza con repetir los devastadores efectos de un fenómeno similar que se registró en la región hace cinco años y que acabó con la vida de millones de animales marinos, advierten expertos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés).
En 2014, una anomalía térmica sin precedentes —al menos desde los registros que se llevan a cabo desde 1981— se extendió desde las latitudes de la península de Baja California hasta el extremo sur de Alaska.
Ese incremento de temperatura persistió durante varios años, propiciando la proliferación de algas tóxicas que provocaron la muerte de más de 100 millones de ejemplares de bacalao del Pacífico, así como de medio millón de aves marinas.
Asimismo, la población de ballenas jorobadas se vio mermada en un 30 % en tan solo un año, mientras que el número de salmones, leones marinos, y pequeños crustáceos también se redujo significativamente, detalla el portal Science Alert.
Un patrón monstruoso
Todo esto significó inconmensurables daños tanto para la ecología como para la industria. Las consecuencias destructivas de este fenómeno le valieron incluso el apodo de 'Blob', en referencia a la película de terror homónima —conocida como 'La mancha voraz' o 'El terror no tiene forma'— sobre un monstruo amorfo que se traga todo a su paso.
La nueva mancha de calor se ha registrado hace unos meses en la misma ubicación que su predecesora y parece seguir el mismo patrón de desarrollo, formándose a medida que bajó la intensidad de los vientos que enfrían la superficie del agua y alcanzando casi el mismo tamaño en el transcurso del mismo tiempo. Y esta nefasta similitud no deja de preocupar a los expertos, que siguen de cerca el fenómeno.
Un problema en aumento
"Está camino de convertirse en igualmente fuerte que el evento anterior", expresó Andrew Leising, el autor de la metodología empleada por el NOAA para medir la intensidad de las olas de calor oceánicas.
Los científicos detallan que la mancha actualmente supera en unos 2,8 grados centígrados a la temperatura normal para la región y se encuentra entre medio grado y un grado por debajo de la predecesora. Y explican que estas olas de calor son capaces de disiparse con la misma velocidad con la que surgen, dependiendo de complejos factores climáticos
Sin embargo, este tipo de fenómenos se harán más frecuentes con el tiempo a raíz de que los océanos se calientan a una velocidad sin precedentes por efectos del cambio climático global.
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