El presidente de EE.UU., Donald Trump, anunció haber autorizado la liberación de petróleo de la Reserva Estratégica de Petróleo del país "si es necesario" tras los ataques con drones de este sábado contra dos refinerías en el este de Arabia Saudita.
"Basado en el ataque a Arabia Saudita, que puede tener un impacto en los precios del petróleo, he autorizado la liberación de petróleo de la Reserva Estratégica de Petróleo, si es necesario, en una cantidad por determinar suficiente para mantener los mercados bien abastecidos. También he informado a todas las agencias oportunas para que aceleren las aprobaciones de los oleoductos que se encuentran actualmente en el proceso de permisos en Texas y otros estados", tuiteó el presidente de EE.UU.
Este domingo, el ministro de Energía de Arabia Saudita, el príncipe Abdulaziz bin Salmán, afirmó que los ataques a las instalaciones petroleras del reino han detenido parcialmente la producción de crudo y gas. Los ataques a las instalaciones de Aramco en las ciudades de Abqaiq y Khurais redujeron el suministro de petróleo crudo de la compañía en alrededor de 5,7 millones de barriles por día, lo que supone alrededor del 50% de su producción.
Las fuerzas rebeldes hutíes de Yemen reivindicaron las acciones y prometieron intensificar sus ataques contra Arabia Saudita. Por su parte, el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, acusó a Irán de haber lanzado los ataques contra las refinerías en el este del reino. En respuesta, el Ministerio de Relaciones Exteriores iraní manifestó que las declaraciones de Pompeo son "incomprensibles y sin sentido".
El índice clave de la Bolsa de Valores de Arabia Saudita, Tadawul All Share (TASI), registró una caída de alrededor del 2,3% en la sesión de este domingo, como consecuencia de los ataques contra las instalaciones de la petrolera Saudi Aramco.
Además, los precios del petróleo han experimentado un alza de un 19,5 %. Según Bloomberg, el crudo Brent llegó a comerciarse en los mercados asiáticos a 71,95 dólares por barril al inicio de la jornada, un incremento de 11,73 dólares que corresponde al mayor alza petrolera —en unidades de la moneda estadounidense— desde que los futuros comenzaron a cotizarse en 1988.