EE.UU. habría identificado las supuestas ubicaciones desde las que el pasado 14 de septiembre fueron lanzados misiles de crucero contra dos refinerías de Arabia Saudita, según dijeron a CBS News varios altos funcionarios estadounidenses anónimos.
Según precisa la cadena estadounidense, desde estas ubicaciones, que se encuentran en la parte sur de la república islámica, en el extremo norte del golfo Pérsico, fueron lanzados más de 20 drones y misiles. Las fuentes del medio indican, asimismo, que los sistemas de defensa aérea de Arabia Saudita no lograron reaccionar al ataque proveniente desde Irán, ubicado al norte del reino árabe, porque en ese momento estaban dirigidos hacia el sur, ante la amenaza de ataque de los rebeldes hutíes en Yemen.
La información sobre el uso de misiles de crucero en el ataque contra las instalaciones del productor petrolero estatal saudita Saudi Aramco, también fue confirmada este martes por fuentes estadounidenses a la agencia AFP. Asimismo, un alto funcionario dijo a la agencia que la Administración estadounidense está recopilando las pruebas de la implicación iraní que serán presentadas ante la Asamblea General de la ONU la próxima semana.
Ninguna de estas informaciones han sido confirmadas oficialmentepor el Gobierno norteamericano.
Versiones contradictorias
Según la versión inicial, los ataques fueron perpetrados con aeronaves no tripuladas de los hutíes de Yemen, que reivindicaron la acción. Los rebeldes hutíes dijeron haber usado 10 drones en el ataque, aunque, posteriormente, el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, dijo que "no existe evidencia" que demuestre la responsabilidad de Yemen en los ataques.
Por su parte, la Administración Trump, así como las autoridades sauditas, acusan a Irán. "Hacemos un llamado a todas las naciones para que condenen pública e inequívocamente los ataques de Irán", tuiteó el jefe de la diplomacia estadounidense varias horas después del incidente.
El ministro de Exteriores de Irán, Mohammad Javad Zarif, salió al paso de estas declaraciones, afirmando que Pompeo "ha recurrido al 'máximo engaño'" tras haber "fracasado en su 'máxima presión'", en referencia a la campaña diplomática de la Administración Trump contra Teherán.
Llamamiento a la calma
Tras el incidente en la planta petrolera de Arabia Saudita, distintos actores internacionales se apresuraron a advertir de que en situaciones de este tipo las conclusiones precipitadas sobre la autoría de los ataques solo pueden agudizar las tensiones en el golfo Pérsico.
En esta línea, el representante del presidente ruso, Dmitri Peskov, hizo un llamamiento a "todos los países" para que "se adhieran a una línea que ayude a amortiguar la tensión actual". En cuanto a las declaraciones del secretario de Estado norteamericano, el vocero recalcó que "nunca hemos sido y no somos partidarios de esa línea de comportamiento".
Otro partidario de la moderación es China, cuya Cancillería también se muestra partidaria de no hacer acusaciones "hasta que se lleve a cabo una investigación exhaustiva" que arroje luz sobre el origen de los ataques, evitando así "provocar una escalada".
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