El agua del grifo no es tan segura como puede llegar a creer: los nuevos estudios realizados por el Grupo de Defensa Medioambiental (The Environmental Working Group, EWG, en inglés) publicados en la revista científca Heliyon el pasado jueves demuestran que el agua que llega al 86 % de la población de EE.UU. contiene más de 22 partículas cancerígenas.
Entre los contaminantes hallados se encuentran el arsénico, subproductos de desinfectantes de agua y radionúclidos como el uranio y el radio que podrían dar lugar a más de 100.000 casos de cáncer a lo largo del transcurso de la vida.
Según la afirmación de la vicepresidenta de investigaciones científicas de EWG, Olga Naidenko, la gran mayoría de los sistemas de agua comunitarios cumplen con los estándares legales, pero sin embargo, las últimas investigaciones muestran que los contaminantes presentes en el agua a esas concentraciones, perfectamente legales, aún pueden dañar la salud humana.
Como muestran los estudios, el 87 % del riesgo de cáncer presente en el agua del grifo proviene del arsénico y de subproductos de desinfectantes comunes. La exposición a largo plazo al arsénico, según la Organización Mundial de la Salud, puede causar cáncer de piel, de vejiga y pulmones. Mientras tanto, los subproductos de desinfectantes han sido clasificados como carcinógenos que pueden causar cáncer de hígado y vejiga.
Posible solución
Para poder eliminar los efectos dañinos de los contaminantes encontrados en el agua, el EWG sugiere instalar un filtro de agua en una fuente de agua individual. Sin embargo, la compra y la instalación de algunos de ellos para eliminar específicamente el arsénico puede costar miles de dólares.