Irán ha exhibido este domingo su misil balístico de largo alcance Khorramshahr con una nueva ojiva, durante su desfile militar anual para conmemorar la Semana de la Defensa Sagrada con motivo del 39.º aniversario del inicio de la guerra contra Irak (1980-1988). El misil puede portar varias ojivas de hasta 1.800 kilogramos y tiene un alcance de 2.000 kilómetros.
Los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica también han mostrado otros 18 misiles balísticos, además de una serie de nuevos equipos militares.
Además, en los desfiles de este domingo se ha presentado un nuevo sistema de artillería llamado Ha'el, así como la versión casera del sofisticado sistema ruso de defensa antimisiles S-300, apodado Bavar 373.
"No dejaremos que nadie viole nuestras fronteras"
En el discurso inaugural, el presidente de Irán, Hasán Rohaní, hizo referencia a la "inseguridad" que genera la presencia en el golfo Pérsico de fuerzas extranjeras, a las que instó a "mantenerse alejadas", tras anunciar Washington el despliegue de más tropas en la región. En la misma línea, aseguró que presentará a la ONU un plan de cooperación regional para la paz.
"No dejaremos que nadie viole nuestras fronteras", ha advertido, agregando que Teherán "extiende la mano de la amistad a todos sus vecinos".
Sus declaraciones llegan en medio de un clima de creciente tensión después de que el 14 de septiembre un grupo de drones lanzara un ataque contra dos refinerías de petróleo de la compañía Saudi Aramco ubicadas al este del país, lo que hizo que la producción de crudo saudita se desplomara durante varios días casi a la mitad, quedando reducida a 5 millones de barriles diarios. Aunque la acción fue reivindicada por las fuerzas rebeldes hutíes de Yemen, Washington acusa a Teherán de estar detrás de estos ataques. Desde el país persa lo niegan y tachan las acusaciones de "mentiras absolutas".