Según nuevos hallazgos, los mosasaurios, los enormes antepasados cretácicos de los actuales lagartos, surcaban los mares mediante una técnica de natación pectoral que les permitía surcar los mares "como ningún otro animal" de la época, sugiere EurekAlert.
Estos reptiles marinos, que podían crecer hasta los 15 metros, eran unos rápidos depredadores con cola de cocodrilo y cabeza de lagarto. Tenían dos filas de dientes afilados y fuertes mandíbulas, y prosperaron desde hace 145 millones hasta hace 65,5 millones de años.
Tras analizar un fósil de plotosaurio, una subespecie de mosasaurio, conservado en el Museo Nacional de Historia del condado de Los Ángeles, los científicos de la Universidad del Sur de California descubrieron que el animal poseía unos músculos enormes, ya que su cintura escapular (el conjunto de huesos en el lugar de unión de los músculos de la parte superior de la espalda, el pecho y el cuello) era lo suficientemente grande para soportar una gran multitud de conexiones musculares.
También se descubrió que la cintura escapular era asimétrica, lo que sugiere que la criatura realizaba movimientos hacia adentro (llamados 'de aducción' en terminología anatómica), es decir, reduciendo el ángulo entre los huesos o entre partes del cuerpo, algo que sucede al nadar alejando el agua del cuerpo.
El descubrimiento sugiere que este monstruo marino podía usar las patas delanteras para ayudar a golpear el agua con el pecho y moverse en ráfagas rápidas.
Por lo tanto, estos dinosaurios dominaban dos estilos de natación: uno con la cola para largas distancias, y otro que empleaban para cazar a sus presas, y en el que entreban en juego la cola y las patas delanteras. Este último estilo de natación hace que el mosasaurio sea único entre las criaturas de cuatro extremidades tanto vivas como extintas, indica el estudio.