En medio de una espiral de violencia sin precedentes, una ciudad en el norte de México registra bajos niveles de criminalidad siete años después de que fuera nombrada la quinta urbe más violenta del planeta.
Se trata de la zona metropolitana de La Laguna, conformada por los municipios de Torreón y Matamoros (ambos en el estado de Coahuila), así como Gómez Palacio y Lerdo (en el estado de Durango), en el norte de México.
El lugar está ubicado en una ruta clave para conectar el llamado Triángulo Dorado –donde se cultivan grandes extensiones de marihuana y sobre todo de amapola, fundamental para la producción de heroína– con la frontera de EE.UU.
Un caso de estudio que ha llamado la atención de los expertos y las autoridades, quienes tratan de descifrar las claves de este fenómeno para tratar de encontrar una salida a la histórica crisis humanitaria por la que atraviesa el país, que ha dejado más de 300.000 asesinatos desde el inicio –en diciembre de 2006– de la llamada "guerra contra el narcotráfico".
Violencia a la baja
En 2012, el municipio de Torreón –y sus alrededores– era considerado como la quinta ciudad más violenta del planeta, con una tasa de 94,7 homicidios por cada 100.000 habitantes, de acuerdo con un informe del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal, organización que cada año publica un estudio con las 50 ciudades más violentas del mundo.
Tras el ascenso y pico de violencia alcanzado en 2012, la región comenzó a experimentar un descenso marcado en el número de asesinatos. Una tendencia que contrasta con la subida de la violencia a nivel nacional, que alcanzó niveles históricos en 2018.
De este modo, los 1.044 asesinatos registrados en La Laguna en 2012 contrastan con los 49 homicidios documentados en 2018, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana, el 53,3 % de los habitantes de la zona metropolitana de La Laguna registran una percepción de inseguridad, mientras que el promedio nacional es de 74,6 %, en marzo de 2019.
Esto, a pesar de un ligero repunte en el número de homicidios, ya que en lo que va de 2019 se registran 98 asesinatos en los cuatro municipios que conforman la llamada Comarca Lagunera, de acuerdo con cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
¿Pero qué fue lo que ocurrió en la Laguna para que pasara de ser una de las ciudades más violentas de México a una zona de tranquilidad, mientras el resto del país continúa con una alza en los índices de violencia?
Múltiples causas
Esta pregunta llevó a algunos académicos a analizar el caso de Torreón y La Laguna, con el fin de encontrar algunas pistas que ayuden a resolver la crisis de inseguridad en México.
"Estamos en La Laguna investigando por qué tuvieron éxito, entre 2007 y 2015, en la reducción de los índices de homicidios y delitos violentos", señaló Sergio Aguayo, investigador del Colegio de México y coordinador del Seminario de Violencia y Paz, que prepara un informe próximo a publicarse sobre la situación en la Comarca Lagunera.
Durante un foro en que se abordó la estrategia de seguridad pública del actual Gobierno, realizado en el Colegio de México el 24 de septiembre pasado, Aguayo explicó que uno de los casos más estudiados en el mundo sobre cómo erradicar la violencia de organizaciones delictivas ocurrió en Chicago, EE.UU., durante la década de 1920, en la época de la prohibición del alcohol.
Además del papel que jugó la Fiscalía de Chicago a la hora de procesar y desmantelar a las bandas criminales, el académico asegura que la intervención de la sociedad organizada jugó un papel clave en el proceso de pacificación de la ciudad estadounidense.
"Lo que encontramos fue que la intervención de la sociedad fue fundamental, a través de seis actores: medios de comunicación, víctimas de la violencia, empresarios, organizaciones de la sociedad civil, grupos religiosos y académicos", explicó.
"La pregunta que nos hicimos fue si estos seis actores aparecían en otros casos, y también los encontramos en Sicilia en los años de 1990 y en la Laguna", agregó Aguayo.
La región de la Laguna está ubicada en una zona estratégica para el tráfico de drogas hacia EE.UU., lo cual provocó una cruenta disputa por el control del territorio entre el Cártel de Sinaloa, los Zetas y el Cártel del Poniente, una pequeña organización criminal con influencia a nivel local.
Cada cártel incluso controlaba cárceles (la de Torreón era manejada por Los Zetas y la de Gómez Palacio por el Cártel de Sinaloa), en donde también se libraban guerras entre grupos criminales. "Eran como cuarteles desde los cuales salían a matarse", comentó Aguayo.
Sin embargo, el estudio indica que los habitantes de La Laguna "no entendían lo que estaba pasando, no tenían una idea clara de qué estaban enfrentando". Fue a partir de que un grupo de empresarios de la región comenzó a explorar a fondo el tema, que los diferentes sectores sociales comenzaron a jugar un papel cada vez más determinante para implementar una serie de medidas que permitieron reducir significativamente los niveles de violencia.
"Hay muchos factores que llevan a que Torreón, después de haber sido la quinta ciudad más violenta del planeta, hoy tenga índices de violencia mucho menores", explica Jacobo Dayán, investigador de la Universidad Iberoamericana, uno de los coordinadores del estudio, en entrevista con RT.
Además de la implementación de un mando único entre las fuerzas de seguridad, también se dedicó una fuerte inversión para la recuperación del espacio público, medidas que se impulsaron en conjunto con organizaciones empresariales y colectivos de víctimas.
Un modelo para México
A partir del éxito registrado en La Laguna, las autoridades en México buscan implementar el mismo modelo en otras zonas metropolitanas azotadas por la violencia.
"El mejor modelo de colaboración intermunicipal o de zona conurbada que hay en materia de seguridad en el país se llama La Laguna", señaló Alfonso Durazo, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana. "Es un modelo que invariablemente promovemos en nuestros recorridos por el país".
El modelo incluye un Mando Único y mesas de seguridad a nivel estatal en donde todas las corporaciones definen una estrategia común. Otro punto importante es la homologación de la normatividad municipal para facilitar la captura de delincuentes.
De acuerdo con el funcionario federal, el caso de La Laguna está tratando de implementarse en algunas de las 72 áreas metropolitanas con las que cuenta el país. Una de ellas es la zona urbana de Guadalajara y sus alrededores, lugar que en los últimos años ha experimentado una crisis de violencia por la presencia del Cártel Jalisco Nueva Generación y el hallazgo de fosas clandestinas.
"Estamos avanzando en la consolidación de proyectos tipo Laguna, el más notorio es el de la zona metropolitana de Guadalajara", la cual es conformada por ocho municipios.
Sin embargo, en La Laguna ocurrió algo que no necesariamente es replicable en otras regiones, ya que la reducción de la violencia en aquel lugar también se explica debido a que uno de los cárteles terminó imponiéndose a los demás.
"Lo que ocurre en la Laguna es la conjunción de un montón de cosas. Hay decisiones de Estado, participación de sociedad civil, respaldo federal a políticas federales y en el terreno hay un cártel que se impone a otro", añade Dayán. "Sinaloa acaba ganando la guerra contra los Zetas y son echados de allá, o al menos, disminuidos", comenta el académico.
Fortalecer a las policías locales
Además del despliegue de la Guardia Nacional, el Gobierno de López Obrador impulsa el Modelo Nacional de Policía y Justicia Cívica, suscrito por los gobernadores, que busca fortalecer a las policías municipales y estatales de todo el país con el objetivo de unificar el salario de los uniformados a nivel local y destinar fuentes de financiamiento para reestructurar los cuerpos de seguridad locales.
Actualmente, 650 de los 2.457 municipios que existen en México no tienen Policía local, lo cual implica que el 4 % de la población carece de este servicio elemental de seguridad.
Asimismo, el Gobierno federal estima que al final del mandato de López Obrador en el 2024, las 266 zonas de seguridad en que fue dividido el territorio nacional cuenten con la presencia permanente de entre 300 y 600 elementos de la Guardia Nacional, que habrán de realizar labores de Inteligencia en lugar de solo realizar operativos temporales (como se había realizado en los últimos dos sexenios).
Las limitaciones
Sin embargo, Durazo también admitió que las fuerzas federales tienen muchos problemas para procesar judicialmente a muchos criminales, a pesar de tener conocimiento de cómo operan muchos grupos delictivos.
"El Estado mexicano tiene la Inteligencia necesaria para conocer con todo detalle el mapa de la criminalidad en el país, el mapa del involucramiento de las autoridades municipales. Hay un problema real que es la judicialización de los casos. Porque una cosa es saber a través de la Inteligencia y otra cosa es sustentar judicialmente los procesos de denuncia", reconoció Durazo.
Un asunto que para académicos como Dayán representa la principal deficiencia de la estrategia de seguridad del Gobierno de López Obrador.
"El mayor problema está en las fiscalías, en las policías de investigación, los servicios periciales. El secretario aceptó públicamente que México, teniendo servicios de iInteligencia, es incapaz de fincar responsabilidades ante un juez", señala Dayán.
En este sentido, el experto considera que, más allá de atender los problemas de desigualdad económica, los fenómenos de violencia en el mundo suelen estar más vinculados con la falta de un Estado de derecho. Un asunto que, en opinión del especialista, no ha sido debidamente atendido por la administración de López Obrador y que podría abordarse con ayuda internacional, de manera similar a lo que ocurrió con la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG).
De acuerdo con las cifras más recientes del Sistema Nacional de Seguridad Pública, México registra 23.063 homicidios dolosos de enero a agosto de 2019, lo cual representa un aumento del 3,3 % respecto al mismo periodo de 2018, considerado el año más violento del que se tenga registro desde el final de la Revolución Mexicana, ocurrido hace casi un siglo.
Manuel Hernández Borbolla
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