¿Guerra o paz?: un analista militar evalúa cómo y por qué Pionyang podría empezar una guerra con Seúl

Aunque para Corea del Norte es más beneficioso mantener la paz, no se puede descartar que "se desespere lo suficiente como para atacar", afirma el profesor y analista Robert Farley.

Entre 1950 y 1953, las dos Coreas protagonizaron un enfrentamiento armado en el que Pionyang recibió apoyo de la Unión Soviética y China, mientras que Seúl contó con el favor de EE.UU. y sus aliados.

Las relaciones entre esos dos vecinos siguen siendo tensas y esa situación, junto con la combinación de interdependencia y competencia entre EE.UU. y China, provoca que los analistas militares reflexionen sobre las opciones que existen hoy en día.

¿Puede volver a estallar una guerra en la península coreana? Si sucediera, ¿qué métodos de lucha emplearía Corea del Norte? Robert Farley, docente en instituciones de la Universidad de Kentucky (EE.UU.), analiza estas opciones en The National Interest.

Para este especialista en asuntos marítimos y seguridad nacional, "la mejor esperanza" de Pionyang en condiciones de paz sería el colapso del sistema capitalista global, mientras que en situación de guerra su éxito dependería de una rápida derrota de Corea del Sur y la escala del apoyo de Pekín para poner fin a la guerra cuanto antes y asegurar las ganancias.

El autor estima que la posibilidad de que Pekín interviniera es bastante alta, aunque no por su afinidad con Corea del Norte, sino para impedir que EE.UU. o Japón fortalecieran su posición en la región de la cuenca del Pacífico, ya que Tokio es otro jugador clave que no podría mantenerse al margen de la situación.

En el campo de batalla

En caso de guerra, este profesor de la Escuela de Diplomacia y Comercio Internacional Patterson considera que Corea del Norte optaría por "un clásico asalto con armas combinadas" como en el siglo XX, que implica la integración de diferentes tipos de armamento.

Así, Pionyang emplearía la artillería para "golpear la defensa" de Seúl, "debilitar sus posiciones y crear pánico entre la población"; la infantería para "crear agujeros en las sus filas"; y las fuerzas mecanizadas para "explotar esos huecos", aunque podrían "agregar fuerzas especiales" —que estarían en Corea del Sur antes de comenzar las hostilidades— y desplegar tropas regulares en la retaguardia surcoreana "a través de túneles".

Como las Fuerzas Aéreas norcoreanas tienen "muy poca capacidad" en comparación con los cazas de Corea del Sur, el Ejército de Corea del Norte "probablemente lucharía bajo los ataques aéreos" de su vecino del sur. 

Sin embargo, Pionyang podría compensar esas deficiencia gracias a sus grandes arsenales de misiles de crucero de ataque terrestre y proyectiles balísticos de corto alcance. Además, los norcoreanos emplearían submarinos para proteger sus costas y atacar los principales puertos y naves surcoreanos, sobre todo las naves de asalto anfibio clase Dokdo y los destructores clase Sejong el Grande.

Corea del Norte es uno de los estados más militarizados del mundo, pero aún es una potencia militar relativamente pequeña en comparación con EE.UU. y China y la mayoría de los analistas creen que no tiene una capacidad suficiente para derrotar al Ejército de Corea del Sur, con lo cual a Pionyang le resulta más beneficioso preservar la paz.

"Sin embargo, no podemos descartar que las circunstancias políticas cambien de tal manera que Corea del Norte se desespere lo suficiente como para lanzar un ataque o imagine que tiene 'una última gran oportunidad'", concluye Robert Farley.