La Armada de EE.UU. ha puesto en servicio su nuevo buque de combate litoral USS Cincinnati (LCS 20), el décimo buque de la clase Independence y el quinto bautizado en honor a la tercera ciudad más grande de Ohio, durante una ceremonia que ha celebrado en Gulfport (Misisipi) este 5 de octubre.
El USS Cincinnati está diseñado para acabar con minas, submarinos diésel silenciosos y naves rápidas de superficie —entre otros objetivos— y el Pentágono asegura que se trata de una nave "rápida" y "ágil" diseñada para operar cerca de las costas, aunque también es capaz de actuar en mar abierto.
Esta nave porta tanto drones como dos helicópteros MH-60R / S Sykhok y está armada con un cañón Mk 110 de 57 mm, un sistema de artillería antiaérea de 30 mm, un lanzador de 11 misiles antiaéreos Evolved SeaRAM y cuatro ametralladoras de 12,7 mm, mientras que utiliza tecnología sigilosa para parecer más pequeña en un radar de largo alcance.
Durante su presentación, el congresista Brad Wenstrup ha destacado que este buque ampliará las capacidades de EE.UU. para "cualquier misión en mitad del océano o en aguas menos profundas" para afrontar "los numerosos desafíos de nuestro complejo mundo".