Decenas de agricultores del Valle de Tambo, departamento de Arequipa (Perú), se manifestaron este lunes frente al Ministerio de Energía y Minas en la capital del país andino para expresar su rechazo al proyecto minero Tía María, que ya había sido suspendido por las autoridades en agosto, pero que todavía no tiene una resolución definitiva.
En efecto, los detractores del plan extractivista sostienen que su funcionamiento podría contaminar el agua y los alimentos que cultivan, perjudicando su fuente laboral y la salud de la población zonal.
Así, el 7 de octubre se llevó a cabo una audiencia donde las comunidades implicadas, representadas por la Junta de Usuarios de Agua del Valle, y la firma Southern Copper Corporation, que se adjudicó la instalación, expusieron sus alegatos para argumentar sus posturas. Además, los abogados del Gobierno Regional implicado, que previamente impugnaron la licencia que el Ministerio de Energía había otorgado, hicieron su propio planteo.
Por su parte, el Consejo de Minería tendrá 15 días hábiles para emitir su opinión y notificar al Ejecutivo sobre esta instancia revisora.
- Mucha presencia policial
Mientras se desarrollaba el encuentro, un gran despliegue policial limitó el acceso de los protestantes al edificio. Por algunos momentos se vivieron situaciones de tensión, pero finalmente los uniformados permitieron a los periodistas de Arequipa ingresar al Ministerio. Sin embargo, no se reportaron incidentes y la manifestación transcurrió de forma pacífica.
- Los que apoyan la minería
Por otro lado, además del repudio también hubo muestras de apoyo para el desarrollo del proyecto. En efecto, integrantes del colectivo Arequipeños por Arequipa se hicieron presentes para respaldar la instalación de Tía María, motivados por las fuentes de trabajo que podría generar.
- "Ecosistema frágil"
El proyecto de Southern, una compañía con sede en México, tenía prevista una inversión de 1.400 millones de dólares. Sin embargo, en agosto el Consejo decidió revocar la licencia al considerar que Tía María se encontraba sobre un "ecosistema frágil", poniendo en riesgo al medio ambiente. Aquella decisión se tomó en medio de protestas por agricultores de Arequipa.
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