Correa sobre las acusaciones de Lenín Moreno: "Los golpistas han sido ellos, que han roto la Constitución cuantas veces les ha dado la gana"

El exmandatario ecuatoriano ha ofrecido a RT su punto de vista sobre la situación de Ecuador, que vive una oleada de protestas contra el 'paquetazo' del Gobierno.

El expresidente de Ecuador Rafael Correa ha comentado este martes, en entrevista con RT, su punto de vista sobre la situación de Ecuador, país que sufre una intensa oleada de protestas contra el Gobierno de Lenín Moreno, a raíz de la aprobación de una serie de medidas económicas que podrían derivar en un notorio recorte de los derechos de los trabajadores.

Carlos Garcia Rawlins / Reuters
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Además, el exmandatario ha podido responder a las acusaciones que Moreno ha vertido contra él y contra el presidente Nicolás Maduro, al asegurar que ambos están detrás de las manifestaciones y los disturbios, que no cesan desde la semana pasada.

Correa ha señalado, en primer lugar, que las declaraciones del presidente ecuatoriano son "una muestra de la enajenación que tiene Moreno en todo su Gobierno", y le ha reprochado que le culpen a él, constantemente, "del mal manejo económico, del crecimiento de la inseguridad y del fracaso de todas sus políticas". En cualquier caso, Correa señala que "ya nadie puede creer" las afirmaciones de Moreno, porque su actitud "ya es realmente locura".

"Los que robaron la democracia son ellos"

"Dicen que somos golpistas y que queremos desestabilizar al Gobierno", denunció Correa, que se muestra convencido de que "los golpistas han sido ellos, que han roto la Constitución cuantas veces les ha dado la gana". El expresidente señaló que a sus adversarios políticos "no les interesa la democracia: les interesa seguir controlando el poder, controlando al pueblo ecuatoriano" para poder aplicar unas políticas "que perjudican a las grandes mayorías pero benefician a sus negocios". "Los que robaron la democracia son ellos", sentencia al respecto.

Correa ha señalado en todo caso una "salida constitucional" para esta situación, y en su opinión no es otra que "anticipar las elecciones y que el pueblo vote". "Así se resuelven los conflictos en democracia: en la urnas", insistió el exmandatario. 

El expresidente también ha comentado la manera en que los medios de comunicación hegemónicos están relatando lo sucedido en Ecuador. A su juicio, el comportamiento de estos medios es "vergonzoso". "Es obsceno cómo ocultan la represión –indica Correa–: el país sufre una tremenda conmoción y ellos siguen pasando telenovelas y dibujos animados". 

Las acusaciones de Moreno

En concreto, Moreno había declarado textualmente que "el sátrapa de Maduro ha activado junto con Correa su plan de desestabilización", y describió a ambos políticos como "corruptos" y evasores de la Justicia. "Ellos son quienes están detrás de este intento de golpe de Estado", aseguró el presidente, subrayando que las personas que incitan a la violencia son en realidad "individuos externos pagados y organizados".

Moreno, además, ha anunciado el traslado de la sede gubernamental de la capital, Quito. "Me he trasladado a la ciudad de Guayaquil y he trasladado la sede de Gobierno a esta querida ciudad, de acuerdo a las atribuciones constitucionales que me competen", aseguró el mandatario.

"Puro cuento": el pacto con el FMI

Correa también ha acusado al Ejecutivo de Moreno de mentir acerca del tamaño de su deuda para justificar un pacto con el FMI –del que surgen las polémicas medidas que tratan de imponer a la población– que no era necesario.

"Es puro cuento", asegura el exmandatario, denunciando que sus rivales políticos "desde el principio traicionaron el programa económico" para tratar de "imponer el neoliberalismo" y contentar así a los grupos de poder que respaldan a Moreno.

"Estos grupos buscaban el neoliberalismo, el 'sálvese quien pueda', y minimizar el Estado", asegura Correa, que lamenta que Ecuador no se veía sometido a medidas económicas tan duras "desde hacía 14 años".

Fuertes protestas

Marchas, concentraciones, manifestaciones, enfrentamientos con la Policía y otros actos de protesta se han sucedido en Ecuador desde que Moreno decretara el 'paquetazo', un conjunto de medidas destinadas a cumplir con el acuerdo alcanzado entre Ecuador y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que financió al país con más de 4.000 millones de dólares.

Entre las medidas que han levantado la indignación de la población se encuentra el aumento del precio de los combustibles (que supone una subida del 123 % en el caso del diésel) y un conjunto de reformas laborales y tributarias que la Asamblea Nacional (Parlamento) deberá aprobar.

Las protestas continúan a pesar de que el país está bajo el estado de excepción, promulgado por el presidente el primer día que comenzaron las movilizaciones populares. Así, este lunes miles de personas pertenecientes a los movimientos indígenas de la región Sierra del país entraron en la capital, Quito, desde el sur de la ciudad, y se dirigieron al centro de la urbe.

Lo cierto es que Quito se ha convertido durante estos días en un campo de batalla entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes, que intentan llegar hasta el Centro Histórico, donde se encuentra el Palacio de Carondelet, sede de la Presidencia, cuyas inmediaciones se encuentran reforzadas con vallas, alambres y tanques blindados.

Además, para este miércoles, 9 de octubre, la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (CONAIRE) ha convocado una huelga general, con concentración en Quito.