La región más rica de la Unión Europea (UE) está en Londres, concretamente en el centro y oeste, donde el Producto Interior Bruto (PIB) per cápita roza los 180.000 euros, que se contrapone con las cinco regiones más pobres de España, que no alcanzan los 24.000.
Así, según los datos del Libro Regional de Eurostat 2019, presentado este lunes, la desigualdad en el seno de la UE se ha hecho más profunda desde el comienzo de la crisis económica que arrancó en 2007, a pesar de que durante el periodo 2014-2020 casi un tercio del presupuesto total del bloque se dedicó a la política de cohesión.
Actualmente, las negociaciones para concretar cuáles serán esos fondos para el periodo 2021-2027 aún se encuentran en curso, aunque las propuestas contemplan una reducción modesta de las asignaciones para esas políticas, con asignaciones para la cohesión económica, territorial y social por valor de 330.000 millones de euros, es decir, el 29,1 % del presupuesto total de la UE.
La Europa rica
El PIB por habitante en el interior de Londres y oeste fue 5,8 veces más alto que el promedio de la UE, que se sitúa en 30.900 euros, lo que arroja la cifra de 179.220 euros.
Así, el caso que proporciona el Reino Unido, con su capital casi sextuplicando la media, es el ejemplo más claro de que los focos de creación de riqueza se ubican mayoritariamente en las grandes ciudades y regiones metropolitanas.
Londres es seguido por Luxemburgo, aunque a distancia, que tenía un PIB por habitante 2,45 veces mayor que la media; y la región sur de Irlanda, que llegaba al 2,16.
De este modo, las regiones ricas se encuentran en el norte de Italia, Austria, Alemania, en varias regiones de los países del Benelux, en el sur de Inglaterra, Irlanda y en los países nórdicos. Pero en total, solo 97 de las 281 regiones con datos disponibles en 2017 registraron un nivel de PIB por habitante superior a la media.
La Europa pobre
Mientras tanto, en España solo 4 de sus 17 regiones superan la media, y otras cinco (Extremadura, Andalucía, Castilla La Mancha, Murcia y las Islas Canarias) ni siquiera llegan al 75 % del promedio del continente, lo que significa que sus ciudadanos tienen una renta de 23.000 euros o menor.
Así, el mapa de la Unión Europea 'pobre' se puede dividir en dos grupos distintos: regiones rurales escasamente pobladas que se caracterizan por el envejecimiento de la población y la emigración neta; o regiones postindustriales despojadas de su base industrial tradicional, en parte debido a las consecuencias de la globalización.
En el continente las regiones más pobres se ubicaron en una banda desde Letonia, que atraviesa las partes orientales de la UE, hasta Grecia y el sur de Italia, y se extendían a través del sur del Mediterráneo hasta las regiones del sur de España y la mayor parte de Portugal.
Midiendo la media, no la diferencia
El Producto Interno Bruto (PIB) resume la posición económica de un país y, dividido entre el número total de habitantes, crea una medida aproximada para analizar el nivel de vida general. Pero el PIB no tiene en cuenta la distribución del ingreso o la inclusión social.
El PIB de la UE en 2018 era de 30.900 euros por habitante, aunque detrás de esta cifra se esconden diferencias considerables entre regiones. Esta diversidad podría explicarse por varios factores, apuntan en el informe, como la disponibilidad de recursos; los cambios provocados por la globalización, como la reubicación y externalización de la fabricación; o proximidades o lejanías geográficas. Esos elementos podrían dilucidar algunos de las desigualdades que existen entre las regiones en forma de privación social, desempleo, provisiones de infraestructuras o condiciones de vivienda, educación o sanidad.
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