La Embajada de China en Washington aseguró que Pekín "deplora y se opone firmemente" a la decisión del Departamento de Estado norteamericano de imponer restricciones de visa a funcionarios del Gobierno chino y del Partido Comunista a los que EE.UU. considera responsables de la detención o abusos contra las minorías musulmanas en el territorio autónomo chino de Xinjiang.
De acuerdo con un correo electrónico de un portavoz de la sede diplomática, la decisión "viola seriamente las normas básicas que rigen las relaciones internacionales, "interfiere" en los asuntos internos de la nación asiática y "socava" sus intereses. "Xinjiang no tiene el llamado problema de derechos humanos que menciona EE.UU y las acusaciones son simplemente pretextos inventados para interferir", subrayó el funcionario.