El crecimiento en África se mantuvo lento en 2019, obstaculizado por la persistente incertidumbre de la economía global y el ritmo insuficiente de las reformas internas, asegura el Banco Mundial en su actualización económica bianual para la región 'Africa's Pulse'.
"Las economías de África no tienen inmunidad frente a lo que está sucediendo en el resto del mundo, y esto se refleja en las bajas tasas de crecimiento en toda la región", subraya Albert Zeufack, el economista principal para África del Banco Mundial.
El informe señala que cuatro de cada diez africanos, o más de 416 millones de personas, vivieron con menos de 1,90 dólares al día en 2015. Si no se logran realizar esfuerzos eficaces para crear oportunidades económicas y reducir el riesgo para las personas pobres, la pobreza extrema se convertirá en un fenómeno africano para 2030, con el 90% de los pobres del mundo viviendo en el continente, en comparaсión con el 55% que eran en 2015.
Según el informe, se prevé que el crecimiento general en el África subsahariana aumente a 2,6% en 2019, que es 0,2 puntos porcentuales menos que el pronóstico de abril. La recuperación en Nigeria, Sudáfrica y Angola, las tres economías más grandes de la región, se ha mantenido débil y esto pesa sobre las perspectivas de la región.
Al mismo tiempo, el informe hace hincapié en que la incertidumbre global está afectando el crecimiento de otras regiones. También se espera que el crecimiento del PIB disminuya significativamente en regiones emergentes y en desarrollo. De este modo, las regiones de Oriente Medio, África del Norte, América Latina, el Caribe y Asia del Sur arriesgan enormes pérdidas de crecimiento, aún mayores que las de África de 2019.