Una iglesia con rostro indígena en la Amazonía (y financiada por el Vaticano)
En un paraje remoto de la Amazonía brasileña, a varias horas en lancha de la ciudad más cercana, se construirá la primera iglesia indígena financiada por el Vaticano.
Un grupo de yanomami de Maturacá, en el norte del estado de Amazonas, se desplazó en 2016 hasta la ciudad de Sao Gabriel da Cachoeira para un encuentro con el nuncio apostólico y representante del Vaticano en Brasil, Giovanni d'Aniello. Sorprendidos por la belleza de la catedral que alberga la urbe, los yanomami de Maturacá, que ahora cuentan con una pequeña capilla, decidieron que querían tener su propia iglesia.
D'Aniello escuchó su propuesta y la comunicó al papa Francisco –que ha hecho de la defensa de la Amazonía y sus tribus una de las prioridades de su Pontificado– quien aceptó apoyar parte de la construcción. La iglesia, cuyos obras no tienen todavía fecha de inicio, se llamará 'Nuestra Señora de Lourdes'.
"Son más de 5.000 indígenas los que viven en la región y todos ellos son católicos (...) el nuncio vio su fe y escuchó sus testimonios. Desgraciadamente, son muy pobres y no tenían dinero para construir la iglesia que deseaban", relata el padre Thiago Faccini, miembro de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB).
Los yanomami fueron evangelizados en 1953 por los salesianos, que desde entonces están presentes en la zona con escuelas y otras infraestructuras para la comunidad. "Por eso se construirá la iglesia allí, porque hay un padre que está durante 24 horas atendiendo las realidades diarias", comenta Faccini.
La misión salesiana –compuesta por dos padres– se encarga de la liturgia, de las catequesis, de las visitas a comunidades más distantes y de la escuela indígena Inmaculada Concepción, donde 23 profesores atienden a más de 500 alumnos de primaria y secundaria.
"Jesús con rostro indígena"
Hace tres años que el padre Marcelo llegó a Maturacá. Conoció la zona cuando todavía era un seminarista e inmediatamente se sintió atraído por el "espíritu de la selva". "El sentido comunitario, el trabajo desafiante, adaptarse a las nuevas realidades. Todo eso me atrajo", asegura.
"Cada día estoy llamado a la inculturación [integración, en este caso del cristianismo, con la cultura de otro pueblo]. Es decir, a encontrar a Jesús con un rostro indígena, que va al campo, que habla un idioma propio y que vive en contacto con la naturaleza", afirma.
Para el padre Marcelo hay una premisa: "Evangelizar de manera inculturada". Esta idea de la 'inculturación' también fue la piedra angular de los arquitectos especializados en edificaciones religiosas Teresa Cristina Cavaco y Tobias Bonk, cuando comenzaron a concebir el diseño de la iglesia. Conocer a los yanomami se convirtió en algo esencial. Acompañado por el padre Faccini, en 2016, Bonk embarcó en un viaje a Maturacá.
"Es una región muy aislada. Viajamos desde Sao Gabriel da Cachoeira, durante más de 10 horas río adentro, en una pequeña embarcación a motor hasta llegar a la tribu", recuerda.
Los días en la comunidad le sirvieron para aproximarse a los indígenas, conversar con ellos, con ayuda de un traductor, y entender sus costumbres. "La idea del proyecto se basa en la inculturación, en respetar de sus costumbres y en el trabajo en armonía", reitera.
La construcción
Para el diseño de la iglesia, los arquitectos tuvieron en cuenta el original shabono de los yanomami, una especie de aldea-casa de forma circular donde conviven. En el perímetro del shabono, los indígenas comen y descansan, y en el centro, en una plaza abierta, se reúnen para realizar sus ritos, festividades y actividades de ocio.
En la actualidad, los indígenas construyen esos mismos shabonos, pero más pequeños, unos al lado de los otros, y siempre respetando el círculo, que define un principio y un fin. 'Nuestra Señora de Lourdes' está concebida en esos shabonos.
"Nos dimos cuenta que hay una gran similitud con la tradición cristiana. En el sentido de igualdad y la cuestión del círculo. Un punto central donde todo vuelve y que también es típico del cristianismo, donde Cristo está en el centro de todo. Cogimos elementos del cristianismo y de los yanomami y los congregamos en una sola edificación", relata el arquitecto.
La iglesia será un ejemplo de arquitectura vernácula, proyectada para sus habitantes, que participarán en la construcción. Considerando las grandes dificultades del transporte, está previsto utilizar materiales y recursos de la región.
Esfuerzos del Vaticano
El proyecto se enmarca en los esfuerzos del papa Francisco en su lucha por salvaguardar y encontrar nuevos caminos de evangelización en la Amazonía, donde según la Iglesia Católica no hay suficientes padres, lo que amenaza su futuro en la zona.
Desde el domingo 6 de octubre y hasta el 26 del mismo mes, el Vaticano acoge un sínodo (reunión de obispos) en el que, bajo el lema la "Amazonía: nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral", participan padres, misioneros, especialistas e indígenas de esta selva devorada recientemente por los incendios.
En su alocución en el inicio del sínodo, el papa llamó a controlar los impulsos de "domesticar a los indígenas", que quieren ser protagonistas de su propia historia. "Los pueblos tienen un sentir, una manera de ver su realidad, una historia", sentenció.
El pontífice, que en el pasado pidió perdón por "los muchos y graves" pecados cometidos en nombre de Dios contra los pueblos originarios durante la colonización de América, dijo que durante mucho tiempo la Iglesia tuvo una actitud de "desprecio" hacia los indígenas y exigió su respeto.
"Cuántas veces el don de Dios no ha sido ofrecido sino impuesto, cuántas veces ha habido colonización en vez de evangelización", recordó.
De lo que se trata ahora, explica el Vaticano, es de "pasar de una Iglesia para los indígenas a una Iglesia indígena".
Marta Miera
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