El consorcio ruso Kaláshnikov, principal fabricante de armas ligeras de las Fuerzas Armadas del país, ha llevado a cabo una nueva "prueba destructiva" para demostrar la capacidad máxima de disparos continuos que puede realizar su fusil de asalto AK-12. La prueba ha sido compartida en la página web de la firma.
El experimento fue realizado con cargadores de 30 balas cada uno. El especialista que manipulaba el arma expresó, que después del proyectil 480, comenzó a percibir olor a humo y plástico quemado, y tras el disparo 510, se prendió una llama en la cubierta del arma, sin embargo la velocidad de los disparos se mantuvo estable, llegando a los 680.
Al final de la prueba, la cubierta y el revestimiento del tubo de gas se fundieron, mientras que las otras partes permanecieron intactas. Con estos resultados quedó comprobado que la efectividad del AK-12 superó más de tres veces los requisitos establecidos por el Ministerio de Defensa ruso (180 disparos consecutivos), y aventajó por 93 disparos al AK-74M.
En el AK-12, que emplea cargadores con capacidad para 30 cartuchos de calibre 5,45 mm adaptados para utilizarse como soporte para disparar, destacan su freno de boca y compensador de desmontaje rápido y su mira cerrada con 'diopter' ajustable hasta 800 metros.