'Nación Marica' es un programa de radio que comunica —semana a semana— desde una voz "marica, chola, pobre, disidente". Es parte del movimiento 'Maricas Bolivia', una organización LGTB+ local que pone sobre la mesa los pendientes del país en términos de derechos y de mentalidad. Es de las voces más transgresoras: cuestionan las masculinidades hegemónicas, pero también los estereotipos en torno de 'lo gay'.
"Soy la nación clandestina, unas trinchera sexual disidente, una marcha de la bronca, un manifiesto contrasexual, un deseo homosexual irreverente, un género en constante disputa, un santo marimacho, un beso de la mujer araña, una yegua del apocalipsis, diferente, profana, marginal. Somos Nación Marica".
Así empieza cada emisión del programa que conducen Edgar Ortíz, poeta y escritor, y Roberto Condori, activista y comunicador. El bar en el que conversan con RT en La Paz tiene un balcón desde el que se ve El Alto, el Mercado de las Brujas (medicina tradicional), el enorme Mercado Lanza (productos en general) y la Basílica de San Francisco. El último, en medio del centro paceño, es un verdadero símbolo todavía vigente de la conquista española. De hecho, está a metros de lo que antes era el Río Choqueyapu, que en algún momento dividía la ciudad: de un lado, los españoles; del otro, indígenas.
El contexto sirve para entender por qué Edgar y Roberto eligen lo indígena, lo cholo, como parte de la identidad que reivindican. Eso, claro, en combinación con lo LGTB. "No nos identificamos con el modo gay, blanco, europeo, con dinero y gimnasio. Somos cholos y maricas. Son categorías políticas, provocadoras", dice Edgar. Además, observan: la palabra 'gay' es en inglés.
La idea, subraya Roberto, es luchar "desde las identidades que nos han construido". Por eso también suman el aguayo (prenda rectangular). Para ellos, la característica pieza no puede quedar solamente reservada a la mujer que "carga con la economía y el peso de la sociedad". La incorporación de ese tejido les permitió interpelar el mandato de masculinidades hegemónicas.
Pero, ¿por qué el término elegido es 'maricas'? Condori explica que buscan "habitar el insulto" para sacarle lo peyorativo e instalar el debate contra el estereotipo gay.
Intervención urbana
Edgar y Roberto se animaron a una performance. La tarde del 19 de julio de 2017 salieron a las calles de La Paz dándose la mano y con el aguayo en espalda. En un país en el que no está ni siquiera legalizado el matrimonio igualitario, la imagen era fuerte. Sin embargo, durante el día sintieron más indiferencia que otra cosa. Quizá algunos padres les tapaban los ojos a sus hijos, pero hubo relativamente calma. Hasta que subieron las fotos a las redes sociales: aquello sí se convirtió en una cloaca de insultos.
Que cómo se iban a besar en Plaza Murillo, que cómo iban a usar aguayo, que cómo se iban a presentar así, que tienen que ser bien hombrecitos. Etcétera, etcétera, etcétera. Incluso hubo debates internos entre organizaciones LGTB+: "Nos acusaban de haber incitado al odio con la acción. Pero nosotros lo único que hicimos fue develar que ese odio estaba allí", reflexiona Roberto. En síntesis, con la intervención lograron interpelar la hombría y la identidad gay.
Pero además, Roberto comenta la mayor paradoja: días después se celebró la marcha del orgullo gay en La Paz. "Los mismos que amenazaban con lincharnos, aplaudían el desfile", contó. Y es justamente con este estereotipo de lo gay que se pelean. Es decir, contra el hecho de que haya un modo correcto, una fecha indicada, una avenida predeterminada o un look específico para ser diverso.
Historias de radio
Edgar nació en Oruro. Su familia nunca aceptó que fuera homosexual y se fue bastante peleado de allá hacia la ciudad de La Paz. Buscó en la urbe un poco más de apertura mental. Con el tiempo, el vínculo se recompuso pero no es un espacio al que él –por ejemplo– pueda llevar parejas. Hasta ahora, mantiene las tensiones intactas.
El caso de Roberto es diferente: nunca habló explícitamente con su familia del tema. Sin embargo, cuando el programa de Radio Nación Marica ya existía, hubo necesidad de sacar una foto a los integrantes para subir a redes sociales. No muchos se animaban a aparecer y Roberto pensó '¿por qué no?' Entonces salió en la foto. Jamás le preguntaron nada. "Fue raro o quizá muy respetuoso, no lo sé pero todo está bien", cuenta.
El programa empezó a emitirse en Radio Deseo, una emisora de la organización feminista Mujeres Creando. Pasó por la Radio Fejuve y ahora sale por Radio Líder. El nombre está inspirado en un libro homónimo escrito por el chileno Juan Pablo Sutherland. Pidieron permiso para usarlo y les dijo que sí. La producción es autogestionada y "a pulmón".
Cuestionar 'lo hétero' es parte de sus objetivos comunicacionales: "La heteronorma es un régimen político que produce elementos normativos, culturales y políticos para prolongar la dominación de lo masculino sobre lo femenino, de lo heterosexual sobre la diversidad. Ese régimen otorga múltiples beneficios materiales y simbólicos y excluye o discrimina a quienes se atreven a desafiarlo: nosotros, los gays, los maricones, las lesbianas, las y los transexuales", se los escucha decir en una emisión de su programa.
La idea, desde el principio, siempre fue tomar la palabra en primera persona para relatar su realidad de modo tal que no fueran otros los que la contaran. Porque cuando otros lo hacen, la perspectiva es sensacionalista. Desde esa voz que inauguraron pudieron hablar de prevención de VIH, homofobia en ámbitos educativos y problemas para alquilar vivienda para la comunidad LGTB+.
La Constitución Boliviana dice en el artículo 4 que se prohíbe y sanciona "toda forma de discriminación fundada en razón de sexo, color, edad, orientación sexual, identidad de género, origen, cultura, nacionalidad [...] u otras que tengan por objetivo o resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos de toda persona". Sin embargo, el matrimonio igualitario no es ley y, en cuanto a mentalidad, falta camino por recorrer.
Sobre todo eso, de forma irreverente y provocadora, se ocupa de hablar Nación Marica.
Julia Muriel Dominzain
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