La Secretaría de la Función Pública (SFP) en México procesa 12 denuncias en contra de 10 delegados federales encargados de supervisar la entrega de programas sociales para el desarrollo.
Un tema que al mismo tiempo ejemplifica la lucha contra la corrupción en México y evidencia también algunas deficiencias y los retos que enfrenta el actual Gobierno federal, lo cual incluye supervisar a sus propios colaboradores, muchos de los cuales están inmersos en una lucha interna por el control de Morena, el partido fundado por López Obrador.
Los delegados investigados
Durante su comparecencia ante la Cámara de Diputados, Irma Eréndira Sandoval, titular de la SFP, reconoció que la dependencia a su cargo investiga a delegados federales, "tanto de esta administración como de la pasada", en 10 de los 32 estados del país. Estos estados son: Aguascalientes, Chihuahua, Chiapas, Colima, Guanajuato, Puebla, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora y Jalisco.
Durante su comparecencia en el Congreso, Sandoval señaló que en las auditorías a programas de desarrollo se observaron más de 46.000 millones de pesos (2.414 millones de dólares) que estados y municipios deberán justificar o reintegrar a la Federación, tras detectarse irregularidades en el gasto de dinero público.
El tema cobra relevancia porque desde antes del inicio del mandato de Andrés Manuel López Obrador como presidente de México, se generó todo una polémica por el nombramiento de los "superdelegados" encargados de vigilar la entrega de programas sociales y dinero federal invertido en cada uno de los estados del país.
Una situación que fue interpretada por la oposición como una medida impulsada por el Gobierno para ejercer presión política sobre los gobernadores.
Uno de los casos más sonados en este aspecto, fue la renuncia de quien fuera el delegado federal de Jalisco, Carlos Lomelí, quien tuvo que dejar su puesto tras ser investigado por la SFP luego de que en una investigación periodística fue señalado de participar en una red de empresas vinculadas a un presunto conflicto de interés, al obtener millonarios contratos para la venta de medicinas al Gobierno.
De este modo, las irregularidades de los delegados federales evidencian los problemas internos que enfrenta la llamada "Cuarta transformación" de México impulsada por López Obrador, quien tuvo que tomar cartas en el asunto para impedir que sus colaboradores reproduzcan prácticas del viejo régimen en la lucha por el poder político.
Hasta agosto de 2019, el Gobierno mexicano presentaba rezagos en la entrega de programas sociales en prácticamente todo el país.
Una situación que llama la atención, debido a que los apoyos económicos derivados de la política asistencialista de López Obrador ha sido planteado como la prioridad de la actual administración, aún cuando el mismo presidente ha reconocido en varias ocasiones que le ha costado mucho trabajo poder echar a andar todo el aparato estatal para que los recursos lleguen a la gente.
Advierte AMLO: "Nada de partido de Estado"
Sin embargo, el reconocimiento de que varios delegados federales nombrados por el mandatario son investigados, evidencia avances, desafíos y contradicciones que enfrenta la actual administración en el combate a la corrupción.
La crisis entre sus colaboradores provocó que, hace unos días, López Obrador sostuviera una reunión con delegados federales. Durante dicha reunión, el presidente hizo público un memorándum en el cual señaló que a aquellos delegados que sean sorprendidos participando en la pugna interna por el control de Morena, el partido político fundado por él mismo, se les pedirá la renuncia.
"En los tiempos como opositores, enfrentamos y padecimos fraudes electorales cometidos desde el poder. Es decir, sufrimos la injerencia del gobierno y el uso de recursos públicos para favorecer a candidatos y partidos. De modo que nosotros, por ningún motivo, podemos actuar de la misma manera. No es congruente, moral ni legal mantener estas deleznables prácticas políticas. Nada de partido de Estado", señaló el presidente en el memorándum.
López Obrador pidió a sus colaboradores "abstenerse por completo de actuar, en su carácter de funcionarios públicos, en asuntos partidistas", además de utilizar bienes, imágenes, programas sociales o cualquier otro recurso público que deben destinarse sin ninguna distinción y exclusivamente al beneficio de los ciudadanos.
"Tengo el deber de comunicarles que se pedirá la renuncia al cargo a quienes lleven a cabo cualquier práctica antidemocrática. Asimismo, les recuerdo que el fraude electoral, por iniciativa nuestra, ya está tipificado en la Constitución como delito grave", concluye el comunicado.
Al ser cuestionado sobre la investigación contra delegados federales anunciada por la SFP, el presidente López Obrador señaló que "de ser culpables serán castigados", según comentó durante su conferencia de prensa matutina de este viernes 25 de octubre.
¿Qué tiene que ver la disputa por Morena?
La advertencia a los delegados federales está íntimamente ligada a la disputa por la renovación de la dirigencia nacional de Morena, la cual ha estado marcada por golpeteo interno entre distintas facciones, lo que ha derivado en hechos de violencia y algunos llamados de atención por parte de López Obrador.
Esto, debido a las sospechas de que algunos delegados estén desviando recursos públicos para favorecer a cada uno de los grupos que luchan por obtener la secretaría general de Morena, partido que en poco tiempo consiguió convertirse en partido hegemónico tras ganar la presidencia de la República y hacerse del control mayoritario en las dos cámaras del Congreso durante las elecciones de 2018.
Pero tras el contundente triunfo, las disputas internas en Morena aumentaron, debido a que el debilitamiento de los partidos de oposición PRI y PAN ha abierto la puerta para que el partido del mandatario pueda ganar más posiciones en las elecciones intermedias de 2021, lo que ha provocado que varios grupos hayan comenzado a operar políticamente para desplazar a sus adversarios dentro del partido.
Actualmente existen tres grupos en disputa dentro de Morena: 1) el conformado por la actual secretaria general, Yeidckol Polevnsky; 2) el grupo encabezado por el senador Ricardo Monreal, coordinador de la bancada morenista en la Cámara Alta; 3) el grupo que controla una parte del Comité Ejecutivo de Morena, conformado por la dupla Bertha Luján y Héctor Díaz Polanco.
A partir de esta disputa interna, se han registrado batallas campales, padrones rasurados, boletas clonadas, robo de urnas, equipos de cómputo y listados nominales, registrados en el proceso de renovación a la dirigencia del partido, tal como ocurrió a mediados de octubre en estados como Jalisco y Zacatecas.
El golpeteo interno incluso provocó que se le negara el derecho de voto a uno de los principales contendientes a la dirigencia nacional de Morena: Mario Delgado, el coordinador de la bancada en la Cámara de Diputados, quien es apoyado por el grupo de Monreal.
Pero lejos de meterse en el pleito interno de Morena, López Obrador ha marcado su distancia.
¿AMLO deja el partido que fundó?
Las disputas al interior de Morena han provocado que el presidente López Obrador piense en abandonar su propio partido.
"Yo, si el partido que ayudé a fundar, Morena, se echa a perder, no sólo renunciaría, sino que me gustaría que le cambiaran de nombre, que ya no lo usaran porque ese nombre nos dio la oportunidad de llevar a cabo la Cuarta Transformación de la vida pública del país. Entonces, no se debe de manchar ese nombre", dijo el presidente el 28 de agosto en su conferencia matutina.
Pero lejos de acatar el llamado del presidente, los conflictos en Morena han provocado que algunos columnistas y analistas especulen que, de acuerdo con algunas versiones al interior de Palacio Nacional, es sólo cuestión de tiempo para que López Obrador renuncie a su propio partido.
Un caso que evidencia los claroscuros del combate a la corrupción en tiempos de la "Cuarta transformación".
Manuel Hernández Borbolla
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