El consumo excesivo de sal puede producir disfunciones cognitivas e incluso demencia, y un grupo de fisiólogos estadounidense detectó la relación exacta entre la causa y el efecto de este consumo. Investigadores del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Apoplejía llevaron a cabo pruebas en ratones y aseguran que algunos síntomas de estas dolencias fueron detectados en los roedores.
Los científicos notaron que, después de ingerir una gran cantidad de sal junto con su alimento, los ratones tenían menos memoria. También observaron que sufrían una caída en el flujo de sangre hacia el cerebro, de aproximadamente el 25 % respecto a la intensidad normal, aunque el equipo descubrió que esa reducción no era la causa directa de los problemas cognitivos.
Los investigadores estimaron que el cerebro solo se ve afectado cuando el flujo de sangre que recibe se reduce en un 50%, algo que no sucedía como consecuencia de la sal consumida, sino por la presencia de otra sustancia que entorpecía las funciones cognitivas. Se trata de la proteína tau, que se acumulaba en placas en los vasos sanguíneos de los ratones, obstruyéndolos.
"Este resultado fue completamente inesperado", admitió el investigador neoyorquino Costantino Iadecola, cuyas palabras recogió este miércoles un comunicado de los Institutos Nacionales de Salud. "Sabíamos que una dieta rica en sal producía en ratones síntomas similares a la demencia, y pensábamos que era responsable de reducir el flujo sanguíneo al cerebro. Pero resultó que eso no es así en absoluto".
El cambio en el torrente sanguíneo cerebral estaba relacionado con una menor producción de monóxido de nitrógeno (NO), estableció el grupo. Este compuesto participa en la reacción molecular que previene la acumulación de la proteína tau en las placas. Precisamente estas placas forman parte del cuadro clínico asociado con la demencia en personas.